El reciente viaje de Xi Jinping a Europa provocó reacciones contrastantes, poniendo de relieve la compleja relación entre China y el continente europeo. Alors que le président chinois a été confronté à des questions délicates concernant le commerce et la guerre en Ukraine lors de sa visite en France, son accueil chaleureux en Serbie et en Hongrie a souligné la capacité de la Chine à entretenir des relations privilégiées avec certains pays europeos.
La escena en Belgrado y Budapest, donde las calles estaban decoradas con banderas chinas y los presidentes serbio y húngaro recibieron con entusiasmo a Xi Jinping, contrastó con la recepción más reservada que recibió en París. Esta muestra de diplomacia china fue ampliamente reportada por los medios estatales, que destacaron los fuertes vínculos entre China y Serbia, así como entre China y Hungría. Estos países, que se benefician de importantes inversiones chinas, aprovecharon la visita de Xi para fortalecer sus relaciones con China, lo que podría influir en las políticas europeas hacia China en áreas sensibles como el comercio, la seguridad y los derechos humanos.
Sin embargo, esta cálida acogida reservada a Xi Jinping en Serbia y Hungría contrasta con las crecientes tensiones entre China y la mayoría de los demás países europeos. Las relaciones chino-europeas se están viendo tensas por las preocupaciones económicas de la Unión Europea sobre China, que podrían escalar hasta convertirse en una guerra comercial en toda regla. Además, las crecientes sospechas en Europa sobre las ambiciones globales de China, en particular su apoyo a Rusia en el conflicto de Ucrania, están acentuando las divisiones entre China y Europa.
Durante sus reuniones con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Xi Jinping buscó aliviar estas tensiones, enfatizando el papel constructivo de China en la búsqueda de la paz en Ucrania y rechazando las acusaciones de dumping industrial en Europa. Sin embargo, la recepción triunfal dada a Xi por los líderes de Serbia y Hungría, a menudo criticados por su actitud autoritaria y sus estrechos vínculos con Rusia, subraya el apoyo cada vez más limitado de algunos países europeos a China.
En conclusión, el viaje de Xi Jinping a Europa puso de relieve los desafíos y oportunidades que enfrenta China en el continente europeo. Mientras China busca fortalecer sus relaciones con algunos países europeos, también enfrenta un escepticismo creciente sobre sus intenciones e influencia en Europa. La diplomacia china en Europa sigue siendo un equilibrio delicado, manteniendo relaciones privilegiadas con ciertos países y al mismo tiempo aliviando las preocupaciones de otros.. El resultado de este viaje subraya la complejidad de las relaciones chino-europeas y los desafíos que China aún tendrá que afrontar en la escena internacional.