La lucha de Nelson Shardey contra la Oficina de Inmigración británica ha puesto de relieve recientemente los desafíos que enfrentan muchos inmigrantes cuando buscan obtener la residencia en el Reino Unido. Después de décadas de vivir pacíficamente en el país, Shardey de repente se encontró ante un dilema que le cambió la vida cuando tomó medidas para obtener un pasaporte en 2019 para asistir al funeral de su madre en Ghana. A pesar de su continua presencia en territorio británico, las autoridades le dijeron que no era considerado ciudadano británico y que no tenía derecho a permanecer en el país.
Esta agitación inesperada ha arrojado una dura luz sobre las fallas del sistema de inmigración del Reino Unido, particularmente en lo que respecta a las prolongadas demoras y obstáculos que enfrentan muchos inmigrantes que buscan seguridad y estabilidad. Shardey destacó los aspectos injustos y punitivos del proceso de solicitud de residencia de 10 años, destacando los desafíos financieros y de salud que enfrentó, incluida su recuperación del cáncer de próstata.
Su hijo Jacob, investigador científico, también expresó su consternación por la absurda situación en la que se encontraba su padre. Destacó el hecho de que su padre ha vivido en el Reino Unido mucho más tiempo que muchas de las personas que trabajan en la Oficina de Inmigración a cargo de su caso.
Decidido a lograr justicia, Nelson Shardey decidió emprender acciones legales contra la Oficina de Inmigración, con el apoyo de Nicola Burgess, abogada de la Unidad de Ayuda a la Inmigración del Gran Manchester. Burgess destacó las circunstancias excepcionales del caso de Shardey e insistió en que si Nelson fuera un amigo o vecino, sería obvio que debería tener derecho a llegar a un acuerdo de inmediato.
A pesar de los esfuerzos de Nelson Shardey y su equipo legal, la Oficina de Inmigración ha guardado silencio sobre el asunto, citando procedimientos legales en curso. Esta situación plantea dudas sobre la justicia y la humanidad del sistema de inmigración del Reino Unido y destaca la necesidad de reformas para garantizar un trato justo y respetuoso a las personas que buscan construir una nueva vida en el Reino Unido.