En un contexto de transición energética global, el interés en minerales críticos continúa creciendo. Según un estudio reciente de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se espera que el valor de mercado de estos minerales aumente significativamente en las próximas décadas. De hecho, al pasar de 325 mil millones de dólares actuales a 770 mil millones de dólares en 2040 en el escenario de “emisiones netas cero”, este aumento se debe principalmente al aumento de la demanda global vinculado a la descarbonización de la economía.
El estudio, titulado «Global Critical Minerals Outlook 2024», destaca la creciente importancia de minerales como el litio, el cobalto, el cobre, el níquel y las tierras raras en la transición hacia una economía más verde. En el escenario «Políticas anunciadas hasta la fecha», la AIE estima que la demanda mundial de estos minerales se duplicará de aquí a 2030. Sin embargo, es en el escenario de «Emisiones netas cero» donde la demanda explota, triplicándose en 2030 y cuadruplicándose en 2040.
Por ejemplo, la demanda de litio podría multiplicarse por nueve para 2040 en el escenario de “Emisiones netas cero” y cinco veces en el escenario de “Políticas anunciadas hasta la fecha”. Este espectacular aumento de la demanda pone de relieve la importancia crucial de estos minerales para la transición hacia una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Frente a estas proyecciones, es imperativo que los actores del sector y la industria minera se preparen para enfrentar los desafíos vinculados a esta demanda creciente. Es necesario implementar estrategias sostenibles y responsables para garantizar un suministro adecuado de minerales críticos y al mismo tiempo minimizar el impacto ambiental de su extracción y procesamiento.
En conclusión, el estudio de la AIE destaca la importancia estratégica de los minerales críticos en la transición energética global. Es hora de que los actores de la industria se movilicen para satisfacer esta creciente demanda y al mismo tiempo garantizar que se preserven los recursos naturales de nuestro planeta. La transición hacia una economía más verde y sostenible depende en gran medida de nuestra capacidad para gestionar responsablemente estos recursos esenciales.