En los países africanos, el acceso a combustibles limpios para cocinar sigue siendo una gran preocupación, particularmente en lo que respecta al uso de biomasa. A medida que el mundo avanza hacia soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, muchos hogares del África subsahariana siguen dependiendo de fuentes de combustible contaminantes e ineficientes para preparar las comidas diarias.
Esta cuestión se destacó recientemente en la Cumbre de la AIE, donde las discusiones se centraron en la promoción del gas licuado de petróleo (GLP) como una solución rápida. Sin embargo, es crucial considerar alternativas a largo plazo, como las energías renovables, que ofrecen beneficios más sostenibles y amplios.
La implicación de las mujeres africanas en la búsqueda de soluciones es fundamental, porque son ellas las que sufren más directamente las consecuencias del uso de combustibles nocivos para la salud. Es imperativo que las decisiones y acciones tomadas tengan en cuenta su realidad y sus necesidades específicas.
Además, en la cumbre se planteó la cuestión de los créditos de carbono, destacando las complejidades de compensar las emisiones de carbono a través de proyectos ambientales. En lugar de centrarse en estos mecanismos a veces controvertidos, sería más prudente promover soluciones basadas en energías renovables, proporcionando así un enfoque más directo y eficaz para satisfacer las necesidades de quienes carecen de acceso a combustibles limpios para cocinar.
Además, es esencial evitar que los intereses de la industria de los combustibles fósiles y de las naciones occidentales se apoderen de los debates y la toma de decisiones. Para resolver esta crisis energética son esenciales soluciones endógenas, adaptadas a las realidades africanas y desarrolladas con el apoyo de las partes interesadas locales.
Es hora de que África se posicione como actor líder en la búsqueda de soluciones sostenibles para los combustibles para cocinar, destacando la experiencia y las necesidades de las poblaciones locales, en particular las mujeres. Al adoptar un enfoque inclusivo y que empodere a la comunidad, es posible convertir los desafíos en oportunidades y allanar el camino hacia un futuro más limpio y próspero para todos.