La cuestión del surgimiento del sector energético en la República Democrática del Congo vuelve a ser objeto de debate, con la Coalición de Organizaciones de la Sociedad Civil para el Seguimiento de las Reformas y la Acción Pública (CORAP) señalando al gobierno por su falta de claridad y visión en este ámbito crucial para el desarrollo del país.
En una contundente declaración pública, CORAP subraya la incoherencia de los recientes acuerdos firmados por el gobierno congoleño, en particular el memorando de entendimiento con una empresa nigeriana para el proyecto de la presa de Inga, aunque los contratos anteriores no produjeron los resultados esperados en el suelo.
Los miembros de CORAP ponen como ejemplo acuerdos anteriores, como el de un consorcio chino-español para producir 11.050 MW y otro con una firma australiana por 40.000 MW, que no se materializaron. Ante esta observación, cuestionan legítimamente la relevancia y eficacia de las nuevas transacciones.
La reciente firma de un memorando de entendimiento para la construcción de una fase de la presa Grand Inga con una empresa nigeriana de gas y petróleo, Natural Oilfield Services Limited (NOFSL), plantea una vez más interrogantes sobre la sostenibilidad y la viabilidad de estas asociaciones.
CORAP hace recomendaciones pertinentes al gobierno, en particular sugiriendo confiar la gestión del sector eléctrico, así como del Ministerio de Recursos Hidráulicos y Electricidad, a expertos con experiencia real en esta área. Una sólida capacidad de gestión, un conocimiento profundo de los mercados públicos y una experiencia probada en negociaciones de asociaciones público-privadas son habilidades esenciales para el desarrollo efectivo del potencial energético de la República Democrática del Congo.
En conclusión, es imperativo que el gobierno congoleño adopte un enfoque más transparente y estratégico en la gestión del sector energético, con el fin de garantizar un desarrollo sostenible y equilibrado de este recurso vital para el futuro del país.