El director general de Fatshimetrie, Adewale-Smatt Oyerinde, ha expresado recientemente su preocupación por las posibles consecuencias de una huelga inminente en Nigeria. En un comunicado emitido el sábado, Oyerinde destacó el impacto perjudicial que una huelga de este tipo podría tener en el sector privado.
Oyerinde criticó duramente el momento y la justificación de la huelga, considerándola imprudente y potencialmente perjudicial para el bienestar económico de los nigerianos. Hizo hincapié en que la huelga no sólo provocaría dificultades financieras para muchas personas, sino que también podría exacerbar el ya preocupante problema del desempleo en el país.
El Director General señaló que la convocatoria de huelga se produjo prematuramente, especialmente teniendo en cuenta que el Comité Tripartito aún no había concluido sus deliberaciones. Como comité tripartito con representación equitativa de varias partes interesadas, se le encomendó la tarea de realizar consultas exhaustivas y recomendaciones que se presentarían al Presidente para su aprobación.
Oyerinde subrayó la importancia del debido proceso y enfatizó que la decisión final sobre el salario mínimo nacional correspondía al Presidente y requería acción legislativa por parte de la Asamblea Nacional. Instó a todas las partes a participar de manera constructiva en el proceso y presentar sus puntos de vista a través de canales apropiados en lugar de recurrir a medidas drásticas como una huelga indefinida.
Si bien reconoció las legítimas quejas de los sindicatos, Oyerinde aseguró que el Sector Privado Organizado de Nigeria (OPSN) estaba comprometido a abordar la cuestión de un nuevo salario mínimo nacional. Sin embargo, advirtió que en el clima económico actual, las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, ya estaban enfrentando desafíos importantes que podrían verse exacerbados por un aumento sustancial de los salarios.
Oyerinde advirtió que presionar por un salario más allá de lo que la OPSN podría permitirse podría provocar una mayor tensión financiera sobre las empresas, lo que podría provocar pérdidas de empleos y una profundización de la crisis del desempleo. Destacó la necesidad de un enfoque equilibrado que tenga en cuenta los intereses tanto de los trabajadores como de los empleadores, centrándose en soluciones sostenibles que promuevan la estabilidad económica y la seguridad laboral.
En conclusión, Oyerinde pidió un enfoque más colaborativo y pragmático para abordar la cuestión del salario mínimo nacional, enfatizando la importancia del diálogo, la cooperación y el cumplimiento de los procesos legales establecidos. Al trabajar juntos hacia una solución mutuamente beneficiosa, creía que tanto los trabajadores como las empresas podrían afrontar los desafíos futuros y contribuir a un futuro económico más próspero y estable para Nigeria.