En el panorama político de Nigeria, la cuestión de la readopción del regionalismo ha resurgido recientemente, provocando debates y reacciones apasionadas. De hecho, Akin Fapohunda, exdirector de la administración pública federal, redactó un proyecto de ley que propone un nuevo modelo de gobernanza titulado “Ley de Nuevo Modelo de Gobernanza de Nigeria para la República Federal de Nigeria 2024”.
Aunque este proyecto de ley fue rechazado por la Cámara de Representantes, generó un gran interés en las redes sociales. De hecho, muchos nigerianos ven el retorno al regionalismo como una respuesta a los problemas estructurales que aquejan al país.
Pero ¿en qué consiste realmente un sistema de gobierno regional? Es esencialmente una forma de gobernanza en la que a cada región se le permite controlar los recursos dentro de su territorio y pagar regalías al gobierno central.
Este modelo contrasta con el sistema actual, donde el poder económico está fuertemente centralizado dentro del gobierno federal, que luego redistribuye los ingresos a los gobiernos estatales y locales.
La experiencia del regionalismo no es ajena a Nigeria, que operó bajo este modelo en la década de 1950, con un gobierno central y tres regiones autónomas en las regiones occidental, oriental y septentrional. Posteriormente, la región del Medio Oeste se creó a partir de la región Occidental en 1963.
Sin embargo, en 1966, el primer jefe de Estado militar de Nigeria, el general Ironsi, emitió un decreto de unificación que puso fin al regionalismo en respuesta al malestar político. A pesar de las críticas al tribalismo inherente al regionalismo, cada región ha experimentado un desarrollo significativo en diversas áreas, gracias a una sana competencia entre regiones.
Los defensores de un retorno al regionalismo creen que este sistema permitió a las regiones desarrollarse de forma autónoma, contribuyendo así a un crecimiento económico sostenido. De hecho, bajo este sistema, cada región explotaba sus recursos naturales para financiar su propio desarrollo, lo que promovía la competencia positiva entre regiones.
Sin embargo, es importante señalar que Nigeria también experimentó con un sistema híbrido de gobierno regional y parlamentario entre 1960 y 1963. En este período, el Presidente Nnamdi Azikiwe desempeñó un papel ceremonial, mientras que el Primer Ministro Sir Abubakar Tafawa Balewa asumió la función de. jefe de Gobierno.
En este sistema parlamentario, el poder real estaba en manos del primer ministro y del gobierno, que provenía del partido político mayoritario en el parlamento.
Si Nigeria volviera a un sistema de gobierno regional, se podría restablecer el modelo parlamentario que prevalecía anteriormente, con un Primer Ministro y Primeros Ministros regionales actuando como jefes de gobierno a nivel regional..
En conclusión, la cuestión del regionalismo en Nigeria suscita debates complejos y apasionados, que ilustran las diversas perspectivas sobre la gobernanza y el desarrollo del país. Mientras algunos ven el retorno al regionalismo como una solución a los desafíos actuales, otros advierten sobre los riesgos de las divisiones y el tribalismo. Una cosa es segura: la discusión sobre el modelo ideal de gobierno para Nigeria está lejos de terminar.