En una serie de incesantes ataques israelíes, al menos 42 civiles perdieron la vida en bombardeos sobre barrios de la ciudad de Gaza, en el norte del enclave palestino, el pasado sábado. Un ataque israelí contra casas en Al-Shati, uno de los ocho campos históricos de refugiados en la Franja de Gaza, dejó 25 muertos. Además, 17 palestinos murieron en otro ataque contra viviendas en el barrio de Al-Tuffah.
Estas tragedias son parte del conflicto mortal entre Israel y Hamás, que provoca desplazamientos masivos de poblaciones inocentes. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) calificó la situación de «sin precedentes» tras la muerte de 25 personas el pasado viernes cerca de su hospital en Rafah.
«Los cadáveres se amontonaban, la sangre estaba por todas partes. Sinceramente, no se parece a nada que haya visto nunca», dijo William Schomburg, jefe de la oficina del CICR en Rafah, consternado por la magnitud de la tragedia que tuvo que afrontar. Desde el 7 de octubre, el número de muertos en la guerra entre Israel y Gaza asciende al menos a 37.551 muertos y 85.911 heridos.
Por otra parte, el número de muertos en el lado israelí tras los ataques lanzados por Hamás asciende ya a 1.139, mientras decenas de personas siguen cautivas en Gaza. Esta espiral de violencia sangrienta continúa sembrando terror y sufrimiento en la región, provocando pérdidas humanas y daños materiales inconmensurables.
Ante esta insoportable realidad, la comunidad internacional debe actuar urgentemente para poner fin a estas violaciones de derechos humanos y encontrar una solución pacífica a este conflicto. El mundo no puede permanecer en silencio ante tales atrocidades y debe trabajar por la paz y la justicia para todas las personas afectadas por este conflicto desesperadamente mortal.