Con la llegada de las temperaturas estivales, Egipto se enfrenta a una situación delicada en términos de suministro de combustible, lo que provoca escasez y un aumento de los cortes de energía. Hafez Salmawy, ex jefe de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos de Electricidad, subrayó durante una reciente entrevista en el programa «On My Responsibility» de Ahmed Moussa que el consumo de electricidad está alcanzando niveles récord, superando los 35.000 megavatios en julio.
Resaltó el desafío que enfrenta el país, explicando que generar electricidad no es un problema con las plantas existentes, pero requiere cantidades adicionales de combustible. Para aliviar esta situación, se tomaron medidas, incluido el pedido de 18 envíos de gas natural para resolver los problemas operativos de las plantas, lo que representa un importante coste financiero de 1,5 mil millones de dólares o entre 60 y 80 mil millones de libras egipcias.
Ante esta crisis, Hafez Salmawy habló de la importancia de tomar como ejemplo la experiencia de Japón en la reducción del consumo de electricidad tras un incidente en una central nuclear. Este enfoque permitió a Japón ahorrar alrededor del 18% de su consumo, un porcentaje superior a las necesidades actuales de Egipto. También mencionó la existencia de electrodomésticos inteligentes que consumen mucha menos electricidad que los tradicionales, ofreciendo una solución eficaz para reducir la demanda energética.
Ante los cortes de energía, Hafez Salmawy recomendó desconectar los fusibles del cuadro eléctrico central y reactivarlos secuencialmente para evitar daños a estos sensibles dispositivos por variaciones excesivas de voltaje.
Ante estos desafíos energéticos, es esencial tomar medidas proactivas para garantizar un suministro estable de electricidad y al mismo tiempo fomentar un uso más eficiente y racional de la energía. Crear conciencia sobre la importancia de la conservación de la energía y adoptar tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético son elementos clave para garantizar una transición hacia un futuro energético sostenible.
En conclusión, la crisis actual pone de relieve la necesidad de repensar la forma en que consumimos energía y adoptar prácticas más sostenibles para preservar nuestros recursos y garantizar un suministro confiable de electricidad para todos.