Fatshimetrie: Kenia bajo las garras de violentas protestas
Kenia ha sido recientemente escenario de violentas protestas que sacudieron al país y provocaron reacciones en cadena. La aprobación del controvertido proyecto de ley de finanzas se vio empañada por la violencia, que provocó pérdidas de vidas y propiedades. Esto llevó al Ministro de Defensa a desplegar el ejército y al presidente William Ruto a dirigirse a la nación.
Durante su discurso, el Presidente Ruto señaló que los acontecimientos recientes marcan un punto de inflexión fundamental en la forma en que el país responde a las graves amenazas a su seguridad nacional. Aseguró a la nación que el gobierno estaba movilizando todos los recursos disponibles para evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir, cueste lo que cueste.
Los manifestantes intentaron asaltar el Palacio Presidencial en la ciudad de Nakuru, mientras que las oficinas del partido gobernante fueron incendiadas en Embu, en el centro de Kenia. Los informes indican que cincuenta kenianos, incluido el asistente personal del presidente de la Sociedad de Abogados de Kenia, fueron “secuestrados” por individuos que se cree que eran agentes de policía. Entre los desaparecidos se encuentran personas que fueron particularmente activas durante las protestas y que fueron arrestadas en sus hogares, lugares de trabajo o espacios públicos antes de las protestas del martes, según grupos de la sociedad civil.
A pesar de los llamamientos al diálogo, la tensión sigue siendo palpable. El Presidente Ruto prometió a los jóvenes kenianos establecer un marco para el debate e implementar los resultados resultantes. Sin embargo, destacó que los debates nacionales deben respetar los valores fundamentales sobre los que se construye el país: el constitucionalismo, el Estado de derecho y el respeto a las instituciones.
El Presidente de la Comisión de la Unión Africana pidió a las partes interesadas nacionales que entablaran un diálogo constructivo. Los funcionarios abandonaron recientemente algunas de las controvertidas propuestas fiscales del proyecto de ley, pero persisten las frustraciones por el alto costo de la vida.
En Nairobi, un centro regional para expatriados y sede de un importante complejo de las Naciones Unidas, las desigualdades entre los kenianos han aumentado, al igual que las frustraciones por la corrupción estatal. La ley de finanzas del año pasado introdujo un impuesto del 1,5% sobre los ingresos brutos de los empleados para la vivienda, así como un aumento del impuesto al valor agregado sobre los productos petrolíferos del 8% al 16%.
En un contexto marcado por la violencia y la incertidumbre, Kenia se encuentra en un momento crucial de su historia, donde el diálogo y el entendimiento mutuo parecen ser las claves para superar las divisiones y construir un futuro mejor para todos los kenianos.