La tragedia que se desarrolló en Lokumete, en la República Democrática del Congo, dejó de luto a una comunidad tras un terrible accidente de tráfico que se cobró la vida de cuatro jóvenes. El domingo 23 de junio de 2024 quedará grabado en la memoria de los habitantes de Lokumete, situada a sólo 25 km del centro de Lokutu, en el territorio de Basoko.
En este trágico accidente se vio involucrado un camión marca Fuso, perteneciente a un establecimiento contratado por la empresa PHC Feronia. Mientras transportaba racimos de nueces de palma para su procesamiento en la fábrica PHC en Lokumete, el conductor conducía a alta velocidad, según testigos en el lugar. Lamentablemente, cuatro jóvenes, entre ellos un niño y tres niñas, fueron atropellados y perdieron la vida en este accidente.
Los jóvenes derrocados regresaban de la Iglesia protestante, todos miembros de una misma familia. Esta trágica pérdida afectó profundamente a la comunidad y despertó una fuerte emoción entre los residentes de Lokumete. Las autoridades locales fueron alertadas inmediatamente de la situación y se están realizando investigaciones para identificar al conductor del camión. Cabe señalar que, a falta de una morgue en Lokumete, los funerales de las víctimas se programaron para el día después de la tragedia.
La reacción de la empresa PHC Feronia, propietaria del camión involucrado en el accidente, estuvo marcada por la tristeza y el pésame dirigido a los familiares de las víctimas. Se elaboró un informe provisional que confirma la muerte de tres personas en este accidente. La empresa ha tomado la iniciativa de informar a las autoridades pertinentes y cooperar plenamente en la investigación en curso para determinar las circunstancias exactas de este trágico suceso.
Los centros de atención primaria también han implementado medidas de seguridad mejoradas para evitar que este tipo de accidentes ocurran en el futuro. A pesar de estos esfuerzos, el enfado de los habitantes de Lokumete se manifestó en los daños materiales causados a la Oficina de Transportes de la empresa. Se dañaron computadoras, sillas de plástico y otros equipos de oficina, lo que refleja la frustración y el dolor que siente la comunidad local.
Esta tragedia pone de relieve la necesidad de aumentar la vigilancia en las carreteras de Lokumete y Lokutu para evitar nuevos accidentes con consecuencias trágicas. La seguridad vial y el cumplimiento de las normas de tráfico deben estar en el centro de las acciones adoptadas por las autoridades y las empresas interesadas para garantizar la protección de los ciudadanos y evitar nuevas pérdidas innecesarias.
Enviamos nuestros pensamientos y condolencias a las familias de las víctimas y llamamos a una profunda reflexión sobre la seguridad vial para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.