La persistente crisis de seguridad en el este de la República Democrática del Congo: llamado urgente a la acción internacional

La situación de seguridad en el este de la República Democrática del Congo (RDC) sigue siendo una gran preocupación para el gobierno de Suminwa. De hecho, la Ministra de Estado de Asuntos Exteriores, Thérèse Kayikwamba Wagner, subrayó recientemente la urgencia de la situación durante un discurso en Kinshasa. Según el ministro, la precaria situación de seguridad en la región se atribuye principalmente a las acciones de Ruanda y es imperativo que se tomen medidas concretas.

Thérèse Kayikwamba pidió a la comunidad internacional que vaya más allá de los simples discursos de condena y actúe de forma proactiva para poner fin a las agresiones perpetradas por Ruanda en la República Democrática del Congo. Destacó que en el este del país se siguen cometiendo violaciones graves y masivas del derecho internacional general, del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, con Ruanda como principal culpable.

Además, el ministro recordó la importancia de la retirada ordenada y responsable de la Misión de Estabilización de la Organización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO). Acogió con satisfacción los avances logrados en este proceso y reafirmó el compromiso del Gobierno congoleño de garantizar plenamente la protección de los civiles y restaurar la autoridad del Estado.

Según Thérèse Kayikwamba, la retirada gradual de la MONUSCO marca un paso significativo en la soberanía de la República Democrática del Congo y en su capacidad para garantizar la seguridad y la paz en su territorio. Sin embargo, subrayó que esto no significa un abandono de la responsabilidad internacional y llamó a los miembros de Naciones Unidas, en particular al Consejo de Seguridad, a actuar con decisión para poner fin a las continuas violaciones perpetradas por Ruanda.

En conclusión, la situación de seguridad en el este de la República Democrática del Congo sigue siendo compleja y precaria, y requiere una acción colectiva y firme por parte de la comunidad internacional. El Gobierno congoleño está dispuesto a asumir plenamente sus responsabilidades para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región, pero es crucial que Ruanda rinda cuentas de sus acciones y que se tomen medidas concretas para poner fin a esta alarmante situación.

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