Negociaciones políticas en Sudáfrica: un desafío de coalición en juego

La actual reunión política sudafricana pone de relieve una situación sin precedentes y llena de desafíos para el presidente Cyril Ramaphosa, actualmente en conversaciones con varios partidos políticos para formar un nuevo gobierno de coalición. Aunque el Presidente Ramaphosa anunció la apertura del Parlamento para la próxima sesión el 18 de julio, las negociaciones en curso parecen haber topado con obstáculos importantes.

Las discusiones, que comenzaron hace dos semanas, tienen como objetivo sellar los últimos detalles de este gobierno multipartidista y constituir un gabinete ministerial. Sin embargo, estallaron enfrentamientos entre el Congreso Nacional Africano del presidente Ramaphosa y la Alianza Democrática, el segundo partido más grande del país, por la distribución de cargos y carteras ministeriales.

La correspondencia filtrada entre los dos ex adversarios políticos revela tensiones crecientes. En una de las cartas, el presidente Ramaphosa critica a John Steenhuisen, líder de la Alianza Democrática, por cambiar los términos del acuerdo exigiendo ocho puestos en el gabinete en lugar de los seis acordados inicialmente, poniendo así en peligro el acuerdo de coalición. Por su parte, la Alianza Democrática acusa al Congreso Nacional Africano de haber incumplido su promesa de darle el control del crucial Ministerio de Comercio e Industria.

Las diferencias subrayan las advertencias de los analistas de que una coalición que reúna al Congreso Nacional Africano y la Alianza Democrática para gobernar el país más industrializado de África sería compleja. Después de más de 20 años como partido gobernante y principal opositor del país, esta nueva configuración política plantea interrogantes. Los dos partidos tienen ideologías radicalmente diferentes.

Tras la pérdida de su supremacía y de su mayoría parlamentaria durante las elecciones del 29 de mayo, el Congreso Nacional Africano se ve obligado a compartir el poder por primera vez desde el fin del apartheid en 1994. Con el 40% de los votos frente al 21% de La Alianza Democrática, los dos partidos son actores clave en esta coalición, descrita como un gobierno de unidad nacional.

Aunque ocho partidos más pequeños también participan en la coalición, es la capacidad del ANC y la Alianza Democrática para encontrar puntos en común lo que determinará su éxito. Los medios sudafricanos informan que la Alianza Democrática podría considerar retirarse del acuerdo de poder compartido, pero el secretario general del ANC, Fikile Mbalula, uno de los principales negociadores de su partido, dijo en las redes sociales que las conversaciones estaban cerca de concretarse: “Se hará como se prometió , en interés de todos los sudafricanos”.

La moneda sudafricana y la confianza de los inversores se fortalecieron tras la firma del acuerdo preliminar entre el ANC y la Alianza Democrática el 14 de junio.. Este acuerdo también permitió a Cyril Ramaphosa ser reelegido para un segundo mandato como presidente con el apoyo de varios partidos unas horas más tarde.

El ANC y la Alianza Democrática han promocionado la coalición como el comienzo de una nueva era de unidad política que ayudaría a resolver los vastos problemas socioeconómicos del país, que incluyen altas tasas de desigualdad y desempleo entre las más altas del mundo. Sin embargo, el retraso en el anuncio del Gabinete y el inicio efectivo del nuevo gobierno han minado en cierta medida este optimismo inicial.

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