Fatshimetrie: Reanudación de los combates en los alrededores de Kanyabayonga
La región de Kanyabayonga en el Congo es actualmente escenario de intensos combates entre las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y el grupo rebelde M23. La situación es crítica: se ha informado de enfrentamientos violentos en varias aldeas de los alrededores, que ponen en peligro la vida de los civiles y exacerban las tensiones ya presentes en la región.
Información de la sociedad civil local indica que los combates comenzaron en la mañana del jueves 27 de junio, con bombardeos realizados por combatientes del M23. Se lanzaron bombas sobre la plantación de Kavumba, situada a 135 kilómetros de la comuna rural de Kirumba, que mataron a una persona e hirieron a otras dos. Estos actos de violencia han sembrado el terror entre la población local, ya debilitada por años de conflicto persistente.
Los enfrentamientos se trasladaron luego al pueblo de Miriki, cerca de Kanyabayonga, donde las fuerzas armadas se enfrentan al M23, apoyado por combatientes de Wazalendo. La situación sigue siendo tensa, sobre todo porque los combates continúan hacia la aldea de Lai-Lai, vecina de Kimaka, a pocos kilómetros al sur de Miriki. Los civiles están atrapados en esta violencia incontrolada y las autoridades locales están tratando de contener la situación para proteger a las poblaciones vulnerables.
El coronel Alain Kiwewa, administrador del territorio de Lubero, confirmó que bombas M23 cayeron cerca de la aldea de Miriki, aunque afortunadamente no se reportaron muertes. Sin embargo, la tensión sigue siendo palpable, y también se informó de enfrentamientos en el puente Lai-Lai, tirado sobre el río Luholu, cerca de Lusogha, en territorio de Rutshuru. Esta espiral de violencia provocó desplazamientos masivos de población, y los residentes de Miriki se refugiaron en Luofu para escapar de los combates.
Esta situación crítica exige a la comunidad internacional que adopte medidas urgentes para poner fin a esta violencia y proteger a los civiles inocentes atrapados en medio de los enfrentamientos. Es imperativo que se encuentren soluciones diplomáticas y humanitarias para garantizar la seguridad y la estabilidad de la región de Kanyabayonga, a fin de evitar una escalada del conflicto y preservar las vidas de las poblaciones locales.
En conclusión, la reanudación de los combates en torno a Kanyabayonga es un claro recordatorio de los persistentes desafíos que enfrenta la República Democrática del Congo. Existe una necesidad urgente de encontrar soluciones duraderas para poner fin a esta violencia y trabajar por una paz duradera en la región. Las personas inocentes no deberían pagar el precio de un conflicto armado y es nuestro deber hacer todo lo posible para preservar su seguridad y dignidad.