En un contexto marcado por el juicio por los atentados del 19 de mayo en Kinshasa, el asunto sigue desarrollándose con sus idas y venidas. El tribunal comienza ahora a investigar el fondo del caso, examinando en profundidad los distintos elementos involucrados para pronunciarse sobre la culpabilidad de los imputados.
En la última audiencia, varias solicitudes fueron consideradas inadmisibles, incluidas las relativas a la devolución de objetos incautados y a la liberación de la residencia implicada en los ataques. Asimismo, la denegación de competencia fue declarada infundada, quedando el tribunal competente para continuar con el procedimiento.
Los debates también se centraron en la admisibilidad de los informes elaborados durante la fase prejurisdiccional. Si bien la mayoría se consideraron admisibles pero infundadas, algunas declaraciones se utilizaron únicamente con fines informativos. Este es particularmente el caso de las declaraciones del experto militar belga Jean-Jacques Wondo, cuyo tribunal observó lagunas en las actas de la audiencia de inteligencia.
Además, las solicitudes de libertad provisional de los acusados fueron rechazadas, manteniéndolos detenidos durante el resto de la investigación. Los cargos contra ellos son graves e incluyen cargos como terrorismo, posesión ilegal de armas, intento de asesinato, conspiración criminal, asesinato y financiación del terrorismo.
Este caso plantea muchas preguntas y subraya la importancia de la justicia en la lucha contra los actos terroristas y criminales. Las próximas audiencias prometen arrojar nueva luz sobre estos trágicos acontecimientos, al tiempo que ofrecen a las víctimas un rayo de esperanza de reparación por sus daños.
Así, el resultado de este juicio será crucial para la justicia en la República Democrática del Congo y determinará la capacidad del sistema judicial para castigar a los responsables de tales actos y garantizar la seguridad de la población.