La movilización por el aumento del salario mínimo en Nigeria y la revocación de las políticas contra la pobreza son cuestiones cruciales que resuenan profundamente entre los trabajadores y los jóvenes desfavorecidos del país. En un contexto en el que las negociaciones sobre el salario mínimo están estancadas entre los representantes laborales y el gobierno/sector privado, el CDWR insta al NLC y al TUC a organizar una huelga general de 48 horas acompañada de manifestaciones masivas para exigir un salario mínimo de al menos al menos 200.000 nairas.
La presión del CDWR por medidas concretas puede explicarse por el ejemplo reciente de protestas masivas exitosas en Kenia, que llevaron a la retirada de una política polémica. Este precedente da a los nigerianos la esperanza de que se pueda obligar al gobierno a revisar políticas injustas, proporcionando así un respiro inmediato a la mayoría de la población.
En este sentido, el CDWR aboga por un ajuste automático del salario mínimo en función de la inflación y el aumento del coste de la vida, para evitar que los ingresos caigan por debajo del umbral de pobreza. Es crucial incluir una demanda que exija que el salario mínimo se ajuste automáticamente según la tasa de inflación y el aumento del costo de vida, sin esperar cuatro o cinco años para una reevaluación.
Este enfoque es de suma importancia para garantizar condiciones de vida dignas para los trabajadores y las familias más vulnerables, al tiempo que fortalece la voluntad política a favor de la igualdad de oportunidades y la justicia social.
La movilización cívica y la resiliencia de los trabajadores y los jóvenes constituyen palancas esenciales para obligar al gobierno a revisar sus políticas neoliberales en favor de medidas inclusivas y equitativas. Juntos podemos construir un futuro más justo y próspero para todos los ciudadanos de Nigeria.