Kisangani, 2 de julio de 2024 – La cuestión de las viudas y los huérfanos en Kisangani, capital de la provincia de Tshopo en la República Democrática del Congo, ha suscitado recientemente preocupaciones legítimas. De hecho, durante una ceremonia organizada al margen del Día Internacional de las Viudas, se hicieron peticiones claras a favor de un marco jurídico sólido y un acceso más fácil al crédito para estas personas vulnerables.
La Unión de Reinas del Mundo (Urvem) abogó por una ley específica que reúna todos los derechos reconocidos a las viudas, con el fin de garantizar su protección y autonomía. Se destacó que estas mujeres a menudo se encuentran marginadas de la sociedad, especialmente si no tuvieron hijos durante su matrimonio. Un estigma injusto que les sitúa en una situación de vulnerabilidad e inseguridad.
Dorothée Ifee Boloko, presidenta provincial de Urvem, insistió en la necesidad de una legislación rigurosa que sancione cualquier violación de los derechos de las viudas y los huérfanos. En un contexto marcado por disturbios sociopolíticos y conflictos intercomunitarios, es esencial implementar medidas concretas para apoyar a estas personas en dificultades.
La fundación “Monet Issa Masudi” se compromete a apoyar a Urvem en sus acciones a favor de las viudas y los huérfanos. Ofreciendo oportunidades de educación, formación y emprendimiento, desea contribuir a mejorar la calidad de vida de estas personas y su integración social. Se trata de un gesto loable que pone de relieve la importancia de la solidaridad y la ayuda mutua en una sociedad que se enfrenta a numerosos desafíos.
La celebración del Día Internacional de las Viudas, aunque aplazada por motivos organizativos, permitió sensibilizar a la opinión pública sobre la precaria situación de estas mujeres a menudo olvidadas. Es esencial reconocer su contribución a la sociedad y ofrecerles los medios para tomar el control de su destino, de modo que puedan mantenerse a sí mismos y a sus hijos.
En última instancia, la cuestión de las viudas y los huérfanos no debe quedar relegada a un segundo plano. Requiere una atención sostenida por parte de las autoridades y de la sociedad en su conjunto. Garantizando el acceso al crédito, a la atención médica y a una asistencia jurídica adecuada, es posible ofrecer un futuro más sereno a estas personas vulnerables y construir una sociedad más justa y solidaria para todos.
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