En el marco de la reciente operación dirigida por el Comandante de Relaciones Públicas (CPRO), Mohammed Abdullahi, se emitió un comunicado en Abuja. Según la información proporcionada, las víctimas fueron entregadas a la Agencia Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas (NAPTIP) para mayores investigaciones.
Esta rápida intervención sigue el impulso positivo del nuevo Comisario de Inmigración, Kemi Nandap, que claramente elevó la moral de sus tropas.
Durante los interrogatorios, la joven residente en la región de Giribshi, en Sokoto, admitió no conocer a las dos jóvenes con las que iba a Níger. Ella reveló que se los había confiado una mujer de Sokoto llamada Maman Adnan, que había pagado su transporte a Níger. Esta mujer supuestamente le pidió que los acompañara a ver a otra mujer llamada Amina Yunusa en Níger, donde iban a encontrar trabajo en su restaurante en Niamey.
Las dos adolescentes, Nabila Ibrahim, de 17 años, y su hermana Zainab Ibrahim, de 15, dijeron que eran del área del gobierno local de Zuru, en el estado de Kebbi. Explican que partieron hacia Níger para trabajar en un restaurante cuyo dueño no conocían, pero que sus padres habían aprobado su viaje.
En vista de esta situación, el Contador de Inmigración del Comando de Ilela, Tony Akuneme, realizó las entrevistas e invitó a NAPTIP del estado de Sokoto a hacerse cargo de las dos víctimas y del sospechoso de trata. Se comprometió a cooperar para profundizar las investigaciones e iniciar posibles procesamientos.
Este caso pone de relieve una vez más la dura realidad de la trata de personas, un flagelo que continúa haciendo estragos a pesar de los esfuerzos de las autoridades por frenarlo. Es crucial permanecer alerta y tomar medidas concretas para combatir esta trata inhumana que destruye vidas y familias.
Es imperativo aumentar la conciencia pública, fortalecer las medidas preventivas y crear una red de colaboración eficaz entre diferentes agencias y organizaciones para combatir eficazmente este atroz crimen. Sólo la movilización colectiva y la determinación inquebrantable permitirán poner fin a la trata de personas y proteger a los más vulnerables de nuestra sociedad.