Fatshimetrie, 2 de julio de 2024. En Mauritania, el país contiene la respiración tras la reelección del actual presidente, Mohamed Ould Ghazouani, para un segundo mandato de cinco años. Los resultados provisionales proclamados por la Comisión Electoral Nacional Independiente (Céni) dieron la victoria a Mohamed Ould Ghazouani con el 56,12% de los votos. Un anuncio que inmediatamente provocó reacciones y protestas en el país.
El principal oponente del Presidente Ghazouani, Biram Dah Abeid, cuestionó estos resultados y declaró que impugnaría las cifras presentadas por los «Ceni de Ghazouani». Con el 22,10% de los votos, Biram Dah Abeid se sitúa en segunda posición y afirma reconocer sólo sus propios resultados. Esta protesta ya generó manifestaciones de sus seguidores, quienes expresaron su descontento saliendo a las calles de la capital, quemando neumáticos y botes de basura.
La situación política en Mauritania es tensa, con el cuartel general de campaña de Biram Dah Abeid rodeado por las fuerzas de seguridad y el arresto de su director de campaña. Las protestas de la oposición son habituales en el país, y las elecciones anteriores también estuvieron marcadas por protestas y tensiones.
A pesar de estos disturbios, el presidente Mohamed Ould Ghazouani parece confiar en su capacidad para mantener el control de la situación. Soldado de carrera, ha podido neutralizar a sus adversarios políticos en el pasado, ya sea por la fuerza o mediante negociaciones. La presencia reforzada de fuerzas de seguridad en la capital demuestra el deseo del gobierno de mantener el orden y la estabilidad.
El ministro del Interior, Mohamed Ahmed Ould Mohamed Lemine, quiso tranquilizar a la población afirmando que la situación estaba bajo control y que los ciudadanos podían dedicarse a sus asuntos en total tranquilidad. El Consejo Constitucional pronto deberá proclamar los resultados finales, poniendo así fin a este período de tensión política e incertidumbre en Mauritania.
En conclusión, la reelección de Mohamed Ould Ghazouani como presidente de Mauritania no es unánime y las protestas de la oposición ponen de relieve las divisiones dentro del país. Corresponde ahora a las autoridades velar por que se respete el proceso democrático y se preserve la estabilidad política para garantizar el futuro y el desarrollo del país.
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