En noticias recientes, un evento de gravedad sin precedentes sacudió la ciudad de Port Harcourt, Nigeria. De hecho, la policía arrestó al líder de un grupo de vigilancia local el 17 de junio, debido a sus supuestos vínculos con actividades ilegales. Según la información transmitida por la portavoz del comando, SP Grace Iringe-Koko, la detención se enmarca en una serie de medidas destinadas a reprimir las acciones de los grupos de seguridad locales en el estado.
El pretexto para la detención se remonta al 9 de mayo, cuando el presidente del grupo indígena hausa de ONELGA, Alhaji Usman Seleh, denunció a la policía el secuestro de un miembro de su grupo por miembros de OSPAC. A raíz de esta alerta, la policía intentó varias veces citar al director de OSPAC para interrogarlo, pero él se negó a comparecer. Peor aún, orquestó un ataque mortal contra una comisaría de policía en Omoku. Afortunadamente, la policía logró repeler este ataque.
Las investigaciones llevadas a cabo por unidades tácticas de la policía condujeron a la detención de siete miembros del OSPAC, entre ellos el líder del grupo. Durante el registro de su domicilio, las autoridades hicieron un descubrimiento macabro: en su poder se encontraban dos cráneos y huesos humanos. Además, el líder de OSPAC también es sospechoso de estar involucrado en el asesinato de dos hermanos de la comunidad Idu, Collins Ugorji y Newman Ugorji, asesinados bajo sospecha de secuestro.
Ante estas impactantes revelaciones, el portavoz de la policía destacó la importancia de sacar a la luz la verdad y garantizar que se haga justicia. Los jóvenes de la comunidad de Egbeda organizaron una manifestación pacífica para exigir justicia, pero fueron atacados violentamente por miembros de OSPAC a su regreso. Esta escalada de violencia provocó la muerte del líder juvenil Innocent Didia, asesinado a tiros por el comandante del OSPAC de Egbeda, Friday Ogbuji.
El comisario de policía, Olatunji Disu, ha pedido a los residentes del estado que denuncien cualquier abuso cometido por los grupos de vigilancia locales, destacando que el uso excesivo de la fuerza, la tortura, la conversión fraudulenta de propiedades y otras actividades ilícitas están estrictamente prohibidas. Esta serie de acontecimientos trágicos pone de relieve los problemas subyacentes de los grupos de autodefensas y destaca la necesidad de una mayor vigilancia para proteger a los ciudadanos de estos excesos desenfrenados.