Fatshimetrie: investigación sobre los desafíos de los recolectores de basura en Kinshasa
En las bulliciosas calles de Kinshasa, la capital congoleña, hombres y mujeres abordan cada día una tarea esencial pero a menudo insalubre: recoger residuos. Sin embargo, a pesar de su contribución crucial a la salud de la ciudad, estos trabajadores enfrentan numerosos desafíos que obstaculizan su vida diaria.
Una encuesta realizada por Fatshimetrie reveló que algunos recolectores de basura tienen dificultades para recibir sus primas a tiempo. De hecho, estos trabajadores afirman sufrir retrasos de hasta dos semanas en el pago de su remuneración por parte de las empresas eliminadoras encargadas de la gestión de residuos. Una situación preocupante que se suma a las ya agotadoras condiciones laborales de estos trabajadores en la sombra.
Uno de los recolectores entrevistados durante esta encuesta expresó su consternación ante este problema: “Recogemos residuos, pero no podemos recibir nuestro salario de inmediato. A veces tenemos que esperar semanas antes de recibir nuestras cuotas. Además, no siempre contamos con el equipamiento adecuado para ejercer nuestra profesión en óptimas condiciones. »
Esta realidad es tanto más alarmante cuanto que cada año se celebra el 3 de julio como el día de la lucha contra los residuos plásticos. Una oportunidad para concienciar a la población sobre la importancia de la gestión de residuos y promover prácticas sostenibles. Sin embargo, estos esfuerzos de sensibilización corren el riesgo de ser en vano si los actores clave de la cadena de eliminación de residuos no reciben apoyo en sus misiones.
Pierre-Albert Ngueliele, experto en medio ambiente, destaca el papel del Estado en este problema: “Es esencial que las autoridades establezcan una política eficaz de eliminación de residuos en Kinshasa. Abandonar esta responsabilidad únicamente a las poblaciones locales es inaceptable. El Estado debe asumir sus responsabilidades organizando el sector de gestión de residuos de manera eficiente y sostenible. »
La gestión de residuos sigue siendo un gran desafío en la capital congoleña, donde algunas empresas privadas, como OK Plast y Kintoko, luchan por hacer frente a la magnitud de la tarea. Los agentes de estas empresas se quejan periódicamente de falta de recursos y motivación, lo que perjudica su eficacia en el terreno.
No se deben descuidar las consecuencias de esta situación. Durante los períodos de fuertes lluvias, las calles de Kinshasa se convierten en auténticos torrentes de barro que arrastran consigo residuos de todo tipo. Esta contaminación de las arterias de la ciudad dificulta la escorrentía del agua de lluvia y favorece las inundaciones, poniendo en peligro las viviendas precarias en los barrios populares..
Por tanto, es urgente que se tomen medidas concretas para apoyar a los recolectores de basura y mejorar la gestión de residuos en Kinshasa. Estos trabajadores merecen reconocimiento y apoyo para llevar a cabo su misión esencial para el bienestar de la población y la preservación del medio ambiente. La responsabilidad recae en todos, desde el Estado hasta las empresas responsables de la eliminación de residuos, incluido cada ciudadano, de contribuir a un medio ambiente más limpio y saludable para todos.