Los desafíos de la extracción de agua en Kinshasa: una pregunta crucial de “Fatshimetrie”

Fatshimetria

La cuestión del acceso al agua potable es una gran preocupación en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Ante las crecientes dificultades en la distribución de agua potable por parte de los servicios públicos, muchos residentes recurren a los pozos de agua como solución alternativa. Estos pozos, que antes estaban limitados a los barrios periféricos, ahora se están multiplicando por toda la ciudad, convirtiéndose en una fuente esencial para muchos hogares.

En parcelas repartidas por Kinshasa, los residentes explotan el agua subterránea para satisfacer sus necesidades diarias de agua. Algunos incluso llegan a vender este precioso recurso a sus vecinos, creando un nuevo mercado informal del agua. El precio de un contenedor de 25 litros puede llegar a los 100 francos congoleños, o incluso más, lo que demuestra el valor de este recurso esencial para la vida.

Sin embargo, la construcción de un pozo de agua no debe tomarse a la ligera. Es fundamental cumplir con los estándares de construcción y calidad para garantizar el suministro de agua potable y asegurar la sostenibilidad de la fuente. El incumplimiento de estas normas puede tener consecuencias desastrosas para la salud de los residentes y el medio ambiente.

Para profundizar en ello, Jody Nkashama entrevistó al profesor Antoine Mfumu, experto en hidrología, en el marco del programa “Fatshimetrie”. Juntos abordaron las cuestiones relacionadas con el incumplimiento de las normas de construcción de pozos de agua y las posibles consecuencias para la población.

En conclusión, la cuestión del acceso al agua potable en Kinshasa es compleja y requiere un enfoque integrado para garantizar la seguridad y la salud de los residentes. Los pozos de agua pueden desempeñar un papel crucial para satisfacer las necesidades de agua, pero es esencial garantizar que se construyan y mantengan adecuadamente y cumplan con los estándares de calidad. Este es un gran desafío que la ciudad de Kinshasa debe afrontar, pero también es una oportunidad para desarrollar soluciones sostenibles que garanticen el acceso a un recurso vital para todos.

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