Fatshimetry, 9 de julio de 2024 – Un rayo de esperanza brilla en la zona sanitaria de Katako-Kombe, situada en el corazón de Sankuru, en la República Democrática del Congo. De hecho, informes sanitarios recientes revelan que, gracias a la intervención de la ONG Médicos sin Fronteras (MSF), no se registraron muertes relacionadas con el sarampión durante el mes de junio de 2024. Esta noticia alentadora atestigua los importantes avances realizados en la lucha contra esta devastadora enfermedad.
El Dr. Junior Smith Longanga, director médico de la zona de Katako-Kombe, compartió datos edificantes: se registraron 584 casos de sarampión y no se registraron muertes. Asimismo, se reportaron 234 casos de desnutrición, sin pérdidas de vidas, y se trataron 3.044 casos de malaria, registrándose sólo una muerte. Sin duda, estas cifras representan una mejora considerable con respecto a las estadísticas anteriores, que eran alarmantes, en particular en lo que respecta al sarampión con 68 muertes, la malaria con 205 muertes y la desnutrición con 37 muertes.
El éxito de estas intervenciones médicas se debe al inestimable apoyo ofrecido por MSF, que puso a disposición sus recursos terapéuticos, logísticos y alimentarios. Además, se ha reforzado la vigilancia epidemiológica, contribuyendo a una gestión más eficaz de los casos y a una reducción significativa de las muertes relacionadas con estas patologías.
Sin embargo, el Dr. Smith Longanga destaca que la zona sanitaria de Katako-Kombe se enfrenta a grandes desafíos, en particular en términos de motivación del personal sanitario, recursos logísticos limitados y accesibilidad restringida a determinadas zonas sanitarias. Por lo tanto, pide un apoyo continuo de las autoridades y socios locales para ampliar las intervenciones médicas a las poblaciones más remotas y fortalecer la vigilancia epidemiológica.
Además, Jean-Marc Mavunda, director médico de campo del Fondo de Emergencia de la República Democrática del Congo (PUC), destaca que la intervención de MSF ayudó a estabilizar no sólo el sarampión, sino también la malaria y la desnutrición. Destaca la importancia de mantener esta dinámica positiva y pide un mayor compromiso de otras organizaciones asociadas, así como del gobierno, para apoyar de manera sostenible los esfuerzos de salud en la región.
En conclusión, la movilización y colaboración de actores sanitarios, como MSF, hizo posible lograr un cambio positivo en la zona sanitaria de Katako-Kombe. Este éxito demuestra que con recursos adecuados y una voluntad común, es posible prevenir la pérdida de vidas humanas y mejorar la salud de las poblaciones más vulnerables. Es fundamental continuar e intensificar estas acciones para garantizar el acceso equitativo a una atención de calidad para todos.