La tragedia vuelve a golpear el corazón de Jos, una ciudad en el estado de Plateau, en el centro-norte de Nigeria. El viernes por la mañana, el colapso de un edificio escolar de dos pisos provocó la muerte de 22 estudiantes en Saints Academy. Los jóvenes, en su mayoría de 15 años o menos, todavía estaban en sus primeras lecciones cuando ocurrió la tragedia.
El derrumbe dejó atrapados a 154 estudiantes, pero gracias a la rápida intervención de las autoridades, 132 fueron rescatados y actualmente están siendo atendidos por sus heridas. Equipos de rescate, trabajadores sanitarios y fuerzas de seguridad acudieron al lugar para ayudar a las víctimas.
Los funcionarios locales identificaron rápidamente la debilidad estructural del edificio de la escuela como la causa principal del accidente. Además, se reconoció como agravante su proximidad a la orilla de un río. El gobierno estatal ha instado a las instituciones educativas con problemas similares a tomar medidas preventivas, o incluso cerrar sus puertas si es necesario.
Desafortunadamente, los derrumbes de edificios se han convertido en algo común en Nigeria, a menudo debido a la aplicación ineficaz de las normas de construcción y a la falta de mantenimiento adecuado. Estos incidentes resaltan la urgencia de fortalecer los estándares de seguridad y garantizar que la infraestructura se mantenga periódicamente para garantizar la seguridad de todos.
Esta nueva tragedia plantea una vez más cuestiones cruciales sobre la seguridad de los edificios escolares y la responsabilidad de las autoridades locales en la protección de los ciudadanos más vulnerables. Es imperativo que se tomen medidas concretas para prevenir futuros accidentes de este tipo y garantizar la seguridad de los niños que asisten a las escuelas de todo el país.
En este momento doloroso, nuestros pensamientos están con las familias de las víctimas y con todos aquellos que se han visto afectados por esta terrible tragedia. Es esencial que se aprendan lecciones de este evento para evitar que desastres similares vuelvan a ocurrir en el futuro. La vida y la seguridad de nuestros niños no pueden verse comprometidas y es nuestro deber tomar todas las medidas necesarias para protegerlos.