En el centro de las recientes protestas estudiantiles que han sacudido Bangladesh, se ha formado un levantamiento popular sin precedentes en torno al rechazo de un controvertido sistema de cuotas en la asignación de puestos gubernamentales. Esta controversia adquirió escala nacional y estuvo marcada por una violencia mortal, con un supuesto saldo de al menos 100 personas muertas durante los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
La Corte Suprema de Bangladesh ha emitido un veredicto histórico al reducir drásticamente la cuota del 30% de los puestos gubernamentales reservados para familiares de veteranos de la Guerra de Independencia de 1971. Ahora, sólo el 7% de los puestos se asignarán a esta categoría específica, dejando el 93% de los puestos. puestos de trabajo abiertos al acceso en función del mérito.
El movimiento de protesta, liderado en gran medida por estudiantes, se intensificó a lo largo de las semanas ante la percepción de injusticia de este sistema discriminatorio. Los manifestantes expresaron su frustración por la falta de oportunidades profesionales después de la graduación, destacando las disparidades en el trato y los privilegios otorgados a algunas élites políticas.
La imposición de un toque de queda y la restricción de las comunicaciones por parte del gobierno marcó un punto de inflexión represivo en la gestión de la crisis. Se han desplegado fuerzas armadas para mantener el orden en ciudades de todo el país, mientras que se ha implementado censura en línea para controlar la difusión de información.
La Primera Ministra, Sheikh Hasina, ante esta protesta sin precedentes, declaró días festivos para aliviar las tensiones y permitir que los servicios esenciales siguieran funcionando. Sin embargo, el movimiento de protesta sigue siendo un gran desafío para su gobierno, ya debilitado por elecciones controvertidas.
En el centro de esta crisis sociopolítica, el debate sobre la equidad y la accesibilidad de las oportunidades de empleo continúa acalorado. Mientras el país intenta lograr un equilibrio entre el reconocimiento del pasado y las aspiraciones de una juventud que busca justicia, el resultado de estos acontecimientos marcará sin duda un punto de inflexión en la historia de Bangladesh.