Fatshimetrie, 22 de julio de 2024 – El movimiento huelguista de los agentes del Programa de Desmovilización, Desarme, Reintegración Comunitaria y Estabilización (PDDRC-S/Butembo-Lubero) se intensifica, con la exigencia del pago de 22 meses de salarios impagos. La situación, estancada desde octubre de 2022, ha provocado una ruidosa protesta de los trabajadores afectados.
El portavoz del PDDRC-S Butembo-Lubero, Mumbere Muhongya Amini, expresó la frustración de los agentes en huelga y dijo que, a pesar de sus esfuerzos por apoyar el programa, sus salarios aún están pendientes. Resaltó el sacrificio de los oficiales, quienes abandonaron a sus familias para servir a la comunidad, y mencionó la necesidad de que las autoridades reconozcan su aporte.
La ira de los agentes en huelga se expresó simbólicamente encendiendo un gran fuego frente a su oficina. Declararon su intención de continuar su movimiento de protesta durante al menos una semana, antes de organizar una marcha a gran escala junto a los excombatientes también afectados.
Esta acción pone de relieve no sólo la consternación de los agentes del PDDRC-S/Butembo-Lubero que se enfrentan a meses de impago de sus salarios, sino también la creciente presión ejercida por el personal sobre las autoridades para que respondan a sus demandas legítimas.
Es crucial que las autoridades encuentren una solución rápida a este conflicto, para preservar la estabilidad y eficacia del programa de desmovilización y reintegración. Los agentes en huelga expresaron claramente su determinación de volver a trabajar sólo una vez pagados sus salarios, enfatizando la importancia de reconocer y valorar su contribución a la estabilización de la región.
En definitiva, esta huelga pone de relieve la urgente necesidad de garantizar el pago oportuno de los salarios y reconocer la dedicación de los trabajadores del PDDRC-S/Butembo-Lubero. Se pide a las autoridades que actúen de manera proactiva para resolver esta disputa y garantizar que los agentes reciban el trato y el reconocimiento que merecen. De lo contrario, las consecuencias sobre la implementación del programa podrían ser perjudiciales y comprometer los esfuerzos para estabilizar la región.