En el sur de Etiopía, los recientes deslizamientos de tierra han traído miedo y desolación a la región. Las cifras muestran una tragedia creciente, con un costo humano ya elevado que lamentablemente sigue aumentando.
Las autoridades locales anuncian una cifra alarmante: 257 víctimas se registraron tras tres deslizamientos de tierra sucesivos. Hasta ayer se había confirmado la muerte de 157 personas. Estas cifras, aunque frías, no pueden reflejar la magnitud total del sufrimiento de las familias afectadas por estos trágicos acontecimientos.
Según la Oficina Regional de Salud, más de 15.000 personas se han visto afectadas y requieren una evacuación urgente. Entre ellos, hay al menos 1.320 niños menores de 5 años y 5.293 mujeres embarazadas o en período de lactancia. Ante esta situación crítica, el gobierno etíope está poniendo en marcha un plan de evacuación para ayudar a estas poblaciones vulnerables.
Organizaciones humanitarias locales e internacionales se están movilizando para ayudar. La Cruz Roja Etíope está entregando suministros esenciales al lugar y la Oficina Regional de Salud ha desplegado personal y equipo médico para ayudar a las víctimas. Las operaciones de búsqueda y rescate, con el apoyo de la Cruz Roja Etíope, continúan para encontrar supervivientes.
Este desastre natural, que se produjo tras las lluvias torrenciales del 21 y 22 de julio, suscita una profunda preocupación por el número potencial de víctimas. Las autoridades locales dicen que el número de muertos podría llegar a 500 personas, aumentando así el horror de esta tragedia humana.
En conclusión, la evaluación provisional de los deslizamientos de tierra en el sur de Etiopía pone de relieve la urgencia del socorro y la necesidad de solidaridad internacional para ayudar a las poblaciones afectadas. Más que nunca, la movilización de todos es esencial para apoyar a las víctimas y reconstruir la esperanza en esta región devastada.