*Fatshimetria*
En la República Democrática del Congo, la tragedia de los niños que trabajan en las minas continúa haciendo estragos. El territorio de Watsa, más precisamente las minas de Menze y Babarau, son escenario de una explotación despreciable que pone en peligro la salud y el futuro de cientos de niños desde principios de año. Según alarmantes cifras de la Red de Ambientalistas y Comunicadores de Recursos Naturales, hasta la fecha se han identificado al menos 730 niños, obligados a realizar trabajos pesados en estas carreras artesanales.
Las consecuencias de esta explotación son extremadamente graves, principalmente para la salud de los jóvenes afectados. Se ven obligados a manipular productos tóxicos, exponiéndose así a grandes riesgos para su salud física y mental. Luego a los niños se les asignan tareas inhumanas como transportar minerales o limpiar con mercurio, dejándolos vulnerables a enfermedades como la tuberculosis y la fiebre tifoidea.
Igualmente alarmante es el hecho de que algunas niñas se ven obligadas a vender alimentos en estos sitios mineros, exponiéndose a peligros mucho más oscuros. Los abusos sexuales de los que son víctimas y la propagación de enfermedades de transmisión sexual son denunciados con vehemencia por los dirigentes de la ONG. Estas prácticas inhumanas no hacen más que resaltar aún más la desgracia de estos niños, víctimas de un sistema cruel y fallido.
Ante esta urgente situación, el coordinador de la Red, Dieumerci Thuambe, pide a las autoridades provinciales y nacionales que adopten medidas estrictas contra estos operadores sin escrúpulos. La protección de los derechos fundamentales de estos niños vulnerables debe ser una prioridad absoluta, que requiere acciones concretas y duraderas.
Ya es hora de que la sociedad civil y las autoridades tomen plena conciencia de esta realidad espantosa e inaceptable. La educación y la protección de la juventud deben ser valores innegociables, garantizando un futuro mejor para estos niños que han sido cruelmente privados de su inocencia y de su derecho a una infancia digna. Es imperativo actuar ahora para poner fin a esta injusticia insoportable y brindar a estos niños la oportunidad de recuperar la esperanza y la dignidad.