Fatshimetrie es un acontecimiento importante en el ámbito de la justicia sudafricana. De hecho, el presidente Cyril Ramaphosa ha formalizado el nombramiento del juez Mandisa Maya como nuevo presidente del Tribunal Supremo de la República de Sudáfrica. Esta decisión histórica convierte a Maya en la primera mujer en liderar el sistema de justicia sudafricano. Está previsto que asuma el cargo el 1 de septiembre de 2024, sucediendo al actual presidente del Tribunal Supremo, Raymond Zondo, que se jubilará a finales de agosto.
El presidente Ramaphosa subrayó la importancia histórica de este nombramiento, destacando la carrera excepcional de Mandisa Maya. Luego de entrevistas en mayo, la Comisión de Servicios Judiciales le dio su respaldo debido a su competencia, sus cualidades de liderazgo, su experiencia como juez en diferentes tribunales, su rol anterior en la Corte Suprema de Apelaciones y su cargo actual como vicepresidente de justicia. .
La elección de Mandisa Maya como candidato para este cargo ilustra una evolución en el proceso de nominación, marcado por una participación más directa del presidente. De hecho, a diferencia de su predecesor Raymond Zondo, que fue preseleccionado por un panel independiente, Maya fue recomendada directamente por el presidente Ramaphosa. Este planteamiento generó un debate en el seno de la Comisión de Servicios Judiciales, que expresó su desaprobación por el procedimiento seguido.
Mandisa Maya se desempeñó como Presidenta de la Corte Suprema de Apelaciones desde 2017 hasta su nombramiento como Vicepresidenta del Tribunal Supremo en julio de 2022. Es, por tanto, la primera mujer que ocupa este alto cargo. Durante su reunión con la Comisión de Servicios Judiciales, se pronunció a favor de aumentar el número de jueces del Tribunal Constitucional y modificar la Constitución para permitir la creación de paneles que se ocupen de las solicitudes de control judicial, con el fin de facilitar. el funcionamiento de la institución.
La llegada de Mandisa Maya al frente de la justicia sudafricana marca un punto de inflexión histórico. Como la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo del país, encarna el progreso y la igualdad de género dentro del sistema judicial. Su experiencia y liderazgo serán activos valiosos para garantizar la independencia y eficiencia de la justicia en Sudáfrica.