El impacto del cambio climático en la agricultura de Tala, en la jefatura de Djukoth, en el territorio de Mahagi en Ituri, revela consecuencias desastrosas para los agricultores locales. Este año, la baja producción agrícola ha causado importantes dificultades a los agricultores, poniendo de relieve la fragilidad de este sector ante los peligros climáticos.
A través del testimonio de Angela Biwaga, agricultora especializada en el cultivo de cereales, nos damos cuenta de la magnitud del problema. Sus cosechas, habitualmente abundantes, se han reducido notablemente. Menciona una cosecha por debajo de sus expectativas, con sólo tres bolsas de cebolla, así como una caída en la producción de otros cultivos como zanahoria y frijol. Esta situación se explica principalmente por la falta de lluvias en el momento crucial cuando las plantas más lo necesitaban.
Las consecuencias del cambio climático se están sintiendo con fuerza en Tala. De hecho, el mes de mayo, tradicionalmente lluvioso, es esencial para el crecimiento de las plantas y la producción agrícola. La falta de lluvias durante este período provocó la sequía de los cultivos, lo que afectó gravemente a los agricultores de la región.
Angela Biwaga señala los efectos nocivos del cambio climático en toda la jefatura de Djukoth y en el territorio de Mahagi. Los campos quedaron amarillentos, las cosechas se vieron comprometidas e incluso los productores de tabaco sufrieron pérdidas importantes. Esta situación pone de relieve la vulnerabilidad de los agricultores a los cambios climáticos repentinos e impredecibles.
A pesar de estas dificultades, Angela Biwaga sigue decidida y optimista sobre el futuro. Ya espera con esperanza las próximas campañas agrícolas, contando con retomar el duro trabajo para abastecer de productos agrícolas a las distintas localidades vecinas. Su mensaje es claro: es fundamental que todos se den cuenta de la importancia de proteger el medio ambiente y promover prácticas sostenibles, como la reforestación, para mitigar los efectos del cambio climático en la agricultura.
En conclusión, la situación en Tala es un reflejo concreto de los desafíos que enfrentan los agricultores en el contexto de un cambio climático rápido y devastador. Existe una necesidad urgente de actuar colectivamente para encontrar soluciones sostenibles y resilientes para proteger la agricultura y garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades locales.