En este día 28 de julio de 2024, la noticia revelada por el presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, es de capital importancia. De hecho, el Jefe de Estado criticó duramente el proceso de Nairobi, calificándolo de “casi muerto”. Esta rotunda declaración pone de relieve las tensiones internacionales que se ciernen sobre la región.
El presidente Tshisekedi señala con el dedo a su homólogo keniano, William Ruto, a quien acusa de haber llevado al fracaso el diálogo de Nairobi. Esta iniciativa tenía como objetivo promover la resolución de la crisis de seguridad que azota el este de la República Democrática del Congo, en particular mediante el desarme y la desmovilización de los grupos armados que operan en la región.
Sin embargo, según el presidente congoleño, William Ruto se puso del lado de Ruanda, apoyando así al M23, grupo armado activo en la región y acusado por las autoridades congoleñas de contar con el apoyo de Kigali. Estas acusaciones están corroboradas por informes de expertos de la ONU, que destacan la participación de Ruanda en el conflicto de la República Democrática del Congo.
Las relaciones entre Kinshasa y Nairobi son tensas, sobre todo desde la creación de la Alianza del Río Congo, un grupo político-militar afiliado al M23. La decisión de Nairobi de no arrestar a Corneille Naanga, líder de este movimiento, ha deteriorado las relaciones entre las dos capitales.
Esta declaración del Presidente Tshisekedi destaca las complejas cuestiones y las rivalidades internacionales que impactan la estabilidad de la región de los Grandes Lagos. También destaca la necesidad de una cooperación y una diplomacia efectivas para lograr una resolución pacífica de los conflictos en la República Democrática del Congo.
En última instancia, esta declaración presidencial marca un punto de inflexión en las relaciones entre la República Democrática del Congo y Kenia, revelando las divisiones y los intereses contradictorios que obstaculizan la resolución de las crisis regionales.