La sequía en Marruecos: un gran desafío para la agricultura y la ganadería

La persistente sequía en Marruecos es un fenómeno alarmante que afecta directamente a la agricultura y la ganadería, poniendo en peligro los medios de vida de muchos profesionales. Por sexto año consecutivo, el país se enfrenta a condiciones climáticas extremadamente difíciles, con una disminución de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas. Esta situación tiene un gran impacto en los cultivos y los rebaños, obligando a los agricultores y ganaderos a adaptarse rápidamente para sobrevivir en este nuevo entorno hostil.

Los testimonios recogidos sobre el terreno reflejan la urgencia de la situación. Omar Oualaidi, un agricultor polivalente, tuvo que revisar toda su estrategia de producción para hacer frente a la escasez de agua. Al pasar de cultivos que requieren mucha agua, como sandías y melones, a patatas, un cultivo más resistente a la sequía, ilustra el dilema que enfrentan muchos agricultores marroquíes. A pesar de estos esfuerzos de adaptación, la más mínima lluvia se convierte en un acontecimiento salvador, como testimonia Omar: «El año pasado nos salvó una lluvia a finales de mayo, de lo contrario todo se habría perdido».

En las regiones más afectadas, como Draa-Tafilalet, los profesionales agrícolas están intentando diversificar sus cultivos para limitar los impactos de la sequía. El ingeniero agrónomo Abdellah Mostapha está trabajando para introducir cultivos que requieran menos agua, como la quinua, la moringa y el pistacho, con la esperanza de preservar la actividad agrícola a pesar de la falta de precipitaciones. Sin embargo, los ganaderos no se quedan al margen, ante la escasez de forraje que está reduciendo sus rebaños y afectando sus ingresos.

La gestión del agua se vuelve crucial en un contexto de recursos limitados. Las presas y las aguas subterráneas muestran niveles de humedad alarmantes, lo que amenaza la seguridad alimentaria y económica del país. Ante esta preocupante situación, se vuelve imperativo que las autoridades y las partes interesadas del sector agrícola reconsideren sus prácticas, inviertan en infraestructura adecuada y promuevan técnicas sostenibles de gestión del agua.

La sequía en Marruecos no es simplemente un episodio meteorológico pasajero, sino un gran desafío que exige una reflexión profunda y acciones concretas para garantizar la resiliencia de las comunidades rurales y la sostenibilidad de las actividades agrícolas. Es hora de actuar colectivamente para afrontar este desafío climático y garantizar un futuro sostenible para la agricultura marroquí.

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