Fatshimetrie fue testigo de un día de duelo nacional en Turquía tras el asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, que desató una ola de emoción en todo el país. Las banderas fueron izadas a media asta en toda Turquía y en las misiones diplomáticas turcas en el exterior como señal de respeto a Haniyeh, asesinado el pasado martes en la capital iraní, un acto que Teherán y otros países de la región han atribuido a Israel.
Israel no ha confirmado ni negado la responsabilidad por el asesinato, pero había amenazado con atacar a Haniyeh y otros líderes de Hamás en represalia por el ataque del grupo palestino a Israel en octubre pasado, en el que más de 1.200 israelíes murieron y más de 250 fueron tomados como rehenes.
En respuesta al arriado de la bandera turca en la embajada turca en Tel Aviv, Israel convocó al embajador adjunto de Turquía para una reprimenda. Las relaciones entre los dos países se han deteriorado desde el inicio de la guerra en Gaza, durante la cual murieron más de 39.000 palestinos.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, describe a Hamás como un «movimiento de liberación» y no como una organización terrorista, y emitió un decreto presidencial para ondear las banderas a media asta y condenar el asesinato de Haniyeh como un acto «atroz».
Además, Turquía bloqueó el acceso a Instagram el día del duelo nacional. Aunque no se dan las razones oficiales, algunos medios de comunicación han citado como posible causa la eliminación de publicaciones que expresaban condolencias tras la muerte de Haniyeh.
Este trágico suceso sumió a la región en una profunda tristeza y reavivó las tensiones entre los distintos actores del conflicto de Oriente Medio. Las consecuencias de este asesinato podrían tener importantes repercusiones en el frágil equilibrio de la región y despertar preocupación en la comunidad internacional.