El devastador ataque a un hotel de playa en Mogadiscio, la capital de Somalia, ha provocado una profunda sensación de horror e injusticia mientras el número de muertos sigue aumentando. Al menos 37 personas perdieron la vida y otras 212 resultaron heridas en este bárbaro acto de violencia. Entre las víctimas se encontraban civiles inocentes y un soldado que murió defendiendo a la población de este cobarde ataque.
Los testigos describieron una escena caótica, marcada por una explosión seguida de intensos disparos. La organización terrorista Al-Shabab, afiliada a Al-Qaeda, reivindicó el ataque a través de su emisora de radio, demostrando una vez más su capacidad para sembrar terror y destrucción en la región.
Un testigo, Mohamud Moalim, declaró que vio a uno de los atacantes con un cinturón explosivo antes de inmolarse cerca del hotel, con una vista impresionante de la playa. Perdió amigos cercanos en esta tragedia, lo que resalta el dolor y la pena que afecta a tantas familias después de este trágico evento.
Este atroz ataque es un cruel recordatorio de que la amenaza terrorista sigue presente en Somalia, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades para garantizar la seguridad y la estabilidad del país. El presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, ha declarado la «guerra total» contra los grupos extremistas, pero Al Shabab persiste en perpetrar sangrientos atentados, sembrando el terror y la inseguridad entre la población.
La zona de Lido Beach, escenario de esta tragedia, ha sido escenario de varios ataques terroristas en el pasado, lo que pone de relieve los desafíos de seguridad que enfrenta Somalia. A pesar de los avances logrados, en particular con la retirada gradual de las tropas de mantenimiento de la paz de la Unión Africana, el país sigue siendo vulnerable a ataques terroristas y abusos violentos perpetrados por grupos extremistas.
En estos tiempos oscuros, es esencial que condenemos enérgicamente esos actos de violencia y mostremos nuestra solidaridad con el pueblo somalí que lucha valientemente por su seguridad y paz. El ataque al hotel de playa de Mogadiscio es un crudo recordatorio de los desafíos que enfrenta Somalia, pero también es un llamado a la unidad y la resiliencia frente al odio y la barbarie que buscan sembrar el caos y la destrucción.
En última instancia, permaneciendo unidos y negándonos a ceder ante el miedo podremos superar los desafíos juntos y construir un futuro mejor, más seguro y más justo para todos. Que la memoria de las víctimas de este despreciable ataque sea honrada con nuestro compromiso inquebrantable de combatir el extremismo y promover la paz y la tolerancia en todo el mundo.