El protagonista de esta historia, cuyo nombre resuena como un eco pronunciado en los pasillos de la justicia, enfrentó recientemente su destino ante el magistrado O.Y. Adefope en el Juzgado de Primera Instancia de Yaba, lunes 5 de agosto de 2024. Las fuertes acusaciones de conspiración y hurto que pesan sobre sus hombros, revelan un entramado de inquietantes hechos ocurridos entre junio de 2023 y febrero de 2024 al interior de la empresa Betty Distribution Company ubicada en Ajangbadi, Lagos.
En el centro de este caso se encuentra la supuesta colusión entre nuestro protagonista y el dependiente de la tienda, el sheriff Aminat, con la intención de robar productos de considerable valor, por valor de 4.431.300 ₦.
Estas oscuras acciones salieron a la luz el 6 de febrero de 2024, durante una auditoría realizada por el Gerente de Recursos Humanos de la empresa. Luego se supo que se habían perdido bienes y que los fondos correspondientes no habían sido depositados en la cuenta de la empresa.
Las acusaciones contra nuestro protagonista se refieren a la adquisición de bienes dentro de la sucursal de Okokomaiko, realizada sin la aprobación del gerente, seguida de una falta de entrega a los clientes.
Tras este informe inicial, se dirigieron una serie de preguntas a nuestro protagonista. A falta de pruebas inmediatas, fue necesaria una mayor investigación policial. Esto reveló suficientes elementos que implican directamente a nuestro protagonista en los hechos reprobables. Ante esta abrumadora evidencia, supuestamente confesó su participación y prometió devolver los fondos malversados, promesa que quedó en letra muerta.
Al comparecer ante el tribunal, el fiscal Haruna Magaji dijo que los presuntos actos contravenían los artículos 411, 314 y 287 (a) (b) de las leyes penales del estado de Lagos de 2015. El testimonio del denunciante, corroborado por los elementos de la investigación, apoya la tesis de la fiscalía contra nuestro protagonista.
A pesar de que este último fue declarado inocente, el magistrado Nwaka fijó una fianza de 4 millones de libras esterlinas, exigiendo la presencia de cuatro fiadores que residieran en el estado de Lagos. Nuestro protagonista, hasta que se apruebe su libertad bajo fianza, permanecerá encarcelado en el Centro Correccional de Ikoyi, cuya justicia se prepara para dictar su veredicto.