Fatshimetrie, 9 de agosto de 2024 – La escena fue solemne y cargada de emoción este viernes en Kinshasa-Matete, donde 304 nuevos candidatos fueron inscritos oficialmente en el colegio de abogados. Bajo el sol abrasador del parque “Maman Marthe Kasalu”, el Tribunal de Apelación de Kinshasa acogió a estas futuras figuras del colegio de abogados congoleño, llamadas a defender la justicia y los derechos de los ciudadanos.
En medio de la atenta multitud, 52 abogados ya consagrados renovaron con orgullo su juramento, comprometiendo sus carreras al servicio de la ley y la verdad. El Fiscal General, Jean Norbert Ruvuzi, recordó solemnemente a los recién llegados la importancia crucial de respetar la Constitución, pilar inquebrantable de cualquier sociedad democrática.
El presidente Erick Massay, figura respetada de la profesión, brindó sabios consejos a los jóvenes juramentados. Con voz llena de autoridad y bondad, les recordó la vital importancia de respetar el juramento prestado y los animó a hacer de la ética y la disciplina sus aliadas en su práctica diaria. “Vuestra vida profesional depende de ello”, subrayó, invitando a todos a meditar en estas palabras como pilar de su compromiso.
El Presidente Massay destacó el respeto del orden de precedencia, la moderación en los comentarios sobre las decisiones judiciales y la cortesía hacia los colegas. Estos valores, inmutables y esenciales, son el cemento de una profesión noble y exigente, donde la ética y la integridad deben guiar cada paso.
Interrogado al final de la ceremonia, Elie Mbali expresó su gratitud y su determinación de servir a la justicia con honor y abnegación. «Es un honor prestar juramento hoy, después de tanto esfuerzo y sacrificio. Estoy comprometido a ser un defensor dedicado, servir a los más vulnerables y servir a la verdad. Mi sueño es trascender fronteras, convertirme en un abogado internacional» , confió con un rayo de esperanza en sus ojos.
Esta ceremonia de juramento marcó un nuevo capítulo en la historia jurídica de la República Democrática del Congo, al inculcar una renovación de compromiso y dedicación en estos nuevos miembros del colegio de abogados. Llevan sobre sus hombros la esperanza y la confianza de una sociedad en busca de justicia y verdad, y su juramento resuena como un compromiso solemne con la defensa de los derechos y libertades de todos.