Fatshimetrie, Kinshasa, 16 de agosto de 2024 – La lucha contra los vehículos averiados y los restos abandonados en las carreteras de Kinshasa, en la República Democrática del Congo, está tomando un nuevo rumbo con el anuncio de incautaciones por parte de las autoridades policiales. Esta decisión tiene como objetivo mejorar la fluidez del tráfico y garantizar la seguridad de los usuarios de las carreteras de la capital congoleña.
Según un comunicado de prensa de la comisaría provincial de Kinshasa, la policía confiscará los vehículos averiados y los restos de vehículos basándose en una ficha descriptiva detallada elaborada por los agentes. Este formulario mencionará en particular el estado del vehículo, ya sea que esté degradado o presente daños graves, para determinar su destino futuro.
Una vez detenidos por la policía, los vehículos en cuestión ya no estarán sujetos a inspección después de unos días en la zona incautada. A falta de recuperación por parte del propietario en el plazo previsto, estos vehículos quedarán irremediablemente destinados a la destrucción. Estas medidas entrarán en vigor muy pronto, en particular en lo que respecta a los vehículos recientemente incautados.
Para facilitar esta operación, el comandante de la policía de la ciudad de Kinshasa planea establecer depósitos específicos para albergar vehículos averiados y siniestrados. Esta decisión surge de la observación del comportamiento de los automovilistas durante una itinerancia dirigida por el subcomisario de división, Blaise Kilimbalimba, en diferentes distritos de Kinshasa, como el campamento de Lufungula y el cruce de Limete.
Se dio un ultimátum de siete días, seguido de tiempo adicional, a los propietarios para que retiraran sus vehículos y los restos abandonados en las carreteras. Esta acción se enmarca en un enfoque global destinado a limpiar los espacios públicos y prevenir incidentes relacionados con la presencia de vehículos abandonados.
En resumen, esta iniciativa de confiscar vehículos averiados y restos de vehículos abandonados demuestra la voluntad de las autoridades de Kinshasa de promover un entorno vial más seguro y organizado para todos los usuarios. Esperemos que esta medida ayude a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y promueva un tráfico más fluido en la capital congoleña.