Fatshimetria
La ciudad de Lagos, Nigeria, se enfrenta actualmente a una escasez de combustible que ha provocado largas colas en las gasolineras. Nuestra investigación realizada por Fatshimetrie reveló que la mayoría de las estaciones a lo largo de la vía principal de Ikorodu Road estaban cerradas, dejando a los automovilistas y residentes de la ciudad en una situación frustrante.
Las pocas estaciones abiertas, como la Nigerian National Petroleum Company Ltd. (NNPCL) y NIPCO en la parada de autobús de Fadeyi, fueron asaltados por multitudes impacientes. En otras zonas, como Bank Anthony, sólo funcionaban las estaciones Total, Northwest y NNPCL, con colas interminables. Mientras tanto, la estación Mobil de Salami Shaibu, en la metrópolis de Somolu, estaba cerrada, lo que provocó escenas caóticas entre los conductores del transporte público.
Se vio a vendedores ilegales de combustible a lo largo de Ikorodu Road, Maryland, Gbagada y Ogba, aprovechando la situación para vender su producto a precios exorbitantes. Algunos comerciantes cuestionaron la responsabilidad de NNPCL por la escasez, diciendo que la culpa del problema era su incapacidad para pagar a los importadores desde marzo.
Los automovilistas han expresado su frustración por la situación, con largas colas en las gasolineras y un aumento significativo de las tarifas del transporte en toda la ciudad. Chuks Edwin, un banquero, señaló los persistentes atascos de tráfico alrededor de las estaciones de combustible de Ikorodu Road e Ikeja, con conductores esperando durante horas para repostar. La situación ha obligado a los automovilistas a buscar combustible a precios exorbitantes, que oscilan entre 618 y 800 naira por litro, aumentando así los costes de viaje.
Los conductores de transporte público, como Jimoh Saka, testificaron sobre las dificultades encontradas para repostar combustible, justificando así el aumento de las tarifas de 200 a 300 nairas para los viajes de Bariga a Onipan. Gbenga Saliu, otro conductor, también expresó su frustración por las interminables esperas en las colas de las gasolineras, destacando el estrés causado por la situación.
Mientras tanto, Olufemi Soneye, director de Comunicaciones Corporativas de NNPCL, ha emitido un comunicado para aclarar ciertos puntos. Negó las acusaciones de que la empresa tenía una deuda de 6.800 millones de dólares con comerciantes internacionales. También destacó que NNPCL cumplió con sus obligaciones pagando sus facturas por orden de llegada y contribuyendo regularmente con impuestos al Comité de Asignación de Ingresos de Cuentas de la Federación (FAAC).
En conclusión, la escasez de combustible en Lagos genera muchas preocupaciones entre residentes y automovilistas.. Esta situación pone de relieve los desafíos que enfrenta NNPCL y el impacto en la vida diaria de los residentes de la ciudad. Esperemos que se encuentren soluciones rápidas para resolver esta crisis y permitir un retorno a la normalidad lo antes posible.