La transición energética en Sudáfrica: cuestiones y desafíos en la lucha contra el cambio climático

En el mundo en constante cambio de hoy, la cuestión del cambio climático y la transición energética se ha convertido en una máxima prioridad para garantizar un futuro sostenible para nuestro planeta. Mientras el mundo se prepara para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP29, que se celebrará este año en Azerbaiyán, los ojos se centran en los avances que están logrando los países para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5° C.

Las ambiciones de mantener al mundo en este nivel de calentamiento global serán uno de los puntos clave de conversación del próximo evento.

El concepto de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), exigido por el Acuerdo de París, es de suma importancia. Se trata de compromisos asumidos por los países para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de combatir el cambio climático. Estos compromisos deberán renovarse el próximo año como parte del acuerdo.

El objetivo de la COP29 es fomentar los debates sobre lo que los países deben lograr para alcanzar los objetivos globales de reducción del cambio climático. Esto implicará examinar formas de apoyar a los países, los obstáculos a superar y las formas de implementar estas NDC.

Será crucial evaluar el progreso de los países en el logro de estos objetivos, especialmente de cara al próximo año, cuando será necesario actualizarlos.

Climate Analytics, un instituto científico y de políticas climáticas globales, ha desarrollado una herramienta para evaluar el progreso de los países en la implementación de sus NDC antes de la importante COP29 de este año y la COP30 del próximo año en Brasil.

Esta herramienta utiliza datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y evidencia científica para mostrar cómo los países, independientemente de su nivel de desarrollo, pueden alinear sus esfuerzos de descarbonización con el Acuerdo de París para prevenir el cambio climático y sus consecuencias.

Si observamos el progreso de Sudáfrica, vemos que, con las políticas actuales, el país no logrará cumplir sus objetivos climáticos. Para alcanzar el objetivo de 1,5°C, será necesaria una reducción significativa de las emisiones, con el imperativo de abandonar el carbón entre 2030 y 2035.

Dado que el carbón representa la mayor parte del suministro eléctrico de Sudáfrica, alrededor del 85%, es imperativo reducir significativamente esta dependencia para alcanzar el objetivo de 1,5°C.

Sin embargo, el borrador del Plan Integrado de Recursos (PIR), el plan energético del país, destaca la necesidad de alargar la vida útil del carbón. Esto va en contra de las ambiciones de NDC del país, ya que las centrales eléctricas alimentadas con carbón contribuyen significativamente a las emisiones del país.

Aunque el proyecto no prevé nuevas centrales eléctricas alimentadas con carbón, retrasar el desmantelamiento de las centrales existentes es problemático y dificultará el logro de los objetivos climáticos.

También es preocupante la falta de iniciativas en materia de energías renovables. El proyecto de plan energético de Sudáfrica para 2023 exige aproximadamente un 22 % de energía renovable en el sistema eléctrico para 2030, frente al 33 % del plan de 2019. Esto está muy por debajo del 75 % al 93 % necesario para un viaje compatible con 1,5 °C.

Por lo tanto, es crucial que se acelere el despliegue de energías renovables para guiar las políticas e impulsar la ambición climática del país.

A pesar de estos desafíos, Sudáfrica está dando pasos importantes en la lucha contra el cambio climático. La reciente firma de la ley de cambio climático es un ejemplo. Su objetivo es “garantizar que la transición de Sudáfrica hacia una economía y una sociedad bajas en carbono y resilientes al clima no se vea obstaculizada por contradicciones políticas”.

Es esencial aumentar la proporción de energías renovables y asegurar la financiación necesaria para alcanzar los objetivos climáticos del país. Asegurar esta financiación a través de las negociaciones de la COP es esencial para fortalecer la capacidad de la red eléctrica, promoviendo así la puesta en marcha de nuevos proyectos de energía renovable y reduciendo la dependencia del carbón. Estos fondos también son esenciales para el desarrollo de tecnologías de energía renovable.

Cerrar la brecha financiera y garantizar que los países puedan cumplir sus NDC serán objetivos clave de la COP29. Es hora de que Sudáfrica intensifique sus esfuerzos para abordar los desafíos del cambio climático y se comprometa plenamente con la transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima.

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