El dramático incidente ocurrido en el Mar Rojo, con el ataque al petrolero Sunion por parte de los hutíes frente a las costas de Yemen, provocó un incendio que persiste y ahora parece estar provocando una fuga de petróleo. Esta preocupante situación, consecuencia de las acciones violentas de los hutíes, pone en peligro tanto la seguridad de marineros civiles inocentes como el vibrante ecosistema marino de la región.
Lamentablemente, la agresión contra Sunion no es un caso aislado en este complejo conflicto. Los hutíes, alineados con Irán, han llevado a cabo una serie de ataques a barcos en un acto de solidaridad con los palestinos, en medio de recientes enfrentamientos entre Israel y Hamás en Gaza. Estos actos de terrorismo, calificados de “imprudentes” (irresponsables) por el portavoz del Pentágono, ponen de relieve los principales problemas para el comercio regional y mundial, así como para el equilibrio medioambiental del Mar Rojo y el Golfo de Adén.
La respuesta internacional es urgente. El Pentágono, con el apoyo de socios regionales, está trabajando para coordinar una respuesta eficaz para rescatar a Sunion y limitar los posibles daños ambientales. La amenaza formulada por los huzíes contra los intentos de rescate demuestra el carácter peligroso e impredecible de sus acciones, y pone de relieve la necesidad de una mayor cooperación internacional para contrarrestar esos actos de violencia en el mar.
Al mismo tiempo, la guerra de desgaste emprendida por los hutíes contra los barcos ya ha provocado la destrucción de dos embarcaciones y ha costado la vida a varios tripulantes en menos de un año. Estos ataques han perturbado las rutas marítimas mundiales, lo que ha obligado a los armadores a evitar el Canal de Suez para garantizar la seguridad de sus barcos y su personal.
La justificación presentada por los hutíes para esta agresión -debida a supuestas violaciones de la prohibición de acceso a los puertos de la Palestina ocupada por parte de la empresa Delta Tankers- no puede justificar el uso de actos de violencia contra barcos y civiles inocentes. Estos ataques deliberados a propiedades y personas no sólo desestabilizan la región, sino que también tienen un impacto potencialmente devastador en el medio ambiente y la seguridad marítima global.
Mientras Sounion sigue envuelta en llamas y fugas de petróleo, es imperativo que la comunidad internacional condene enérgicamente estos actos terroristas y trabaje en conjunto para proteger las vías fluviales del mundo de tales ataques. La seguridad en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, así como la protección del medio marino, requieren acciones concertadas y decididas para prevenir nuevas tragedias y garantizar la estabilidad del comercio marítimo esencial para la economía global.