Las recientes revelaciones de Fatshimetry ponen de relieve una situación alarmante para Sudáfrica. La investigación de la unidad nacional anticorrupción destaca casos de corrupción por valor de más de 7 mil millones de dólares en algunas de las principales empresas públicas del país.
Estas investigaciones, aunque algunas de ellas ya están en marcha desde 2018, fueron mencionadas recientemente en un informe presentado por la Unidad Especial de Investigación (SIU) a una comisión parlamentaria con el fin de proporcionar una actualización sobre el progreso de las investigaciones en curso.
Entre las empresas involucradas en estas investigaciones se encuentran Transnet, Denel, Eskom, la Comisión Nacional de Loterías, South African Airways y AAA, entidades estatales clave en la economía sudafricana.
Según el informe de SIU, sólo en Transnet se están investigando más de 60 contratos sospechosos y cientos de casos de conflictos de intereses y presunta corrupción, que representan casi 4 mil millones de dólares en fondos públicos.
Además de estos casos, se están llevando a cabo otras 40 investigaciones sobre acusaciones de corrupción en otras empresas estatales, así como en administraciones gubernamentales nacionales y provinciales, por un valor de miles de millones de dólares adicionales. Muchas otras investigaciones, ya finalizadas por la SIU, están a la espera de hacerse públicas.
La fatshimetría revela así la magnitud del problema de corrupción en Sudáfrica durante los últimos 15 años. Este período estuvo marcado por acusaciones de corrupción generalizada vinculada a lucrativos contratos gubernamentales durante el mandato del ex presidente Jacob Zuma. Las investigaciones llevadas a cabo por una comisión judicial han implicado a numerosos altos funcionarios gubernamentales y directores de empresas públicas, acusados de haber recibido sobornos a cambio de contratos o favores gubernamentales.
Las consecuencias de esta corrupción han sido devastadoras para la economía sudafricana, en particular con la casi quiebra del sector eléctrico debido a la corrupción y la mala gestión en Eskom, una de las empresas en el centro de estos escándalos. Sudáfrica experimentó niveles récord de cortes de energía en todo el país el año pasado debido a la crisis de Eskom.
La magnitud de la mala conducta también es evidente en el sector del transporte, con un escándalo de corrupción de 540 millones de dólares que involucró a la AAA, donde supuestamente se desviaron pagos a más de 1.200 empleados «fantasmas».
En medio de este escándalo, el actual presidente Cyril Ramaphosa ha prometido limpiar su partido y su gobierno y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, los expertos anticorrupción dicen que es poco probable que se recupere gran parte del dinero malversado..
En última instancia, es crucial que se tomen medidas concretas para combatir eficazmente la corrupción estructurada que azota a Sudáfrica. La transparencia, la rendición de cuentas y la voluntad política son elementos esenciales para restaurar la confianza pública y promover una buena gobernanza y la integridad dentro de las empresas públicas del país.