En una importante operación militar lanzada la madrugada del miércoles, Israel tomó medidas decisivas en varias zonas del norte de Cisjordania ocupada, provocando fuertes reacciones y preocupaciones sobre la escalada de violencia en la región. Las autoridades sanitarias palestinas anunciaron que al menos nueve personas perdieron la vida durante la intervención.
El ejército israelí confirmó el miércoles que había lanzado una gran operación antiterrorista en las regiones de Jenin y Tulkarem en Cisjordania, en colaboración con la Agencia de Seguridad de Israel (ISA). Según el Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, esta operación tenía como objetivo frustrar las infraestructuras terroristas islámicas iraní-palestinas establecidas en los campos de refugiados de Jenin y Tul Karm.
Los vídeos obtenidos por los medios muestran dispositivos destructivos en acción, demoliendo vías en zonas densamente pobladas de Tulkarem y conduciendo convoyes a través de Jenin. Imágenes recientes publicadas por el ejército israelí muestran lo que afirman fue un ataque a una sala de operaciones militantes en el campo de refugiados de Nur Shams, cerca de Tulkarem.
Israel Katz acusó a Irán de financiar, armar a terroristas y contrabandear armas avanzadas a través de Jordania hacia Cisjordania. Destacó la necesidad de combatir esta amenaza de la misma manera que la actual infraestructura terrorista en Gaza, tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad nacional.
Según la Cruz Roja Palestina, se informaron muertes palestinas en las ciudades de Tubas y Jenin. Los detalles iniciales indican víctimas tras el fuego del ejército israelí y un ataque con drones contra un vehículo en las afueras de Jenin. Las Brigadas Al-Quds, el ala militar del grupo Jihad Islámico, condenaron la agresión israelí y afirmaron estar respondiendo a las fuerzas enemigas.
Esta escalada de violencia se produce en un contexto tenso entre Israel y los palestinos, marcado por la ocupación continua de Cisjordania desde 1967 y los repetidos ataques de grupos militantes. La complejidad de las relaciones entre las dos partes subraya la urgencia de encontrar medios pacíficos para resolver las diferencias y poner fin al ciclo de violencia que dura décadas.
En conclusión, esta operación militar en Cisjordania plantea muchas preguntas sobre sus consecuencias a corto y largo plazo. Es imperativo que los organismos internacionales se involucren y promuevan el diálogo para evitar una escalada incontrolable y trabajar por una paz duradera en la región.