Tervuren, 1 de septiembre de 2024 (Fatshimetrie) – Una oleada de emoción y exigencia de justicia animó el Museo Real de África Central (MRAC) de Tervuren durante el conmovedor homenaje rendido al gran jefe Songye, Yakaumbu Kamanda Lumpungu. Este evento, iniciado por la asociación a.FreeKam en colaboración con la RMCA, dio lugar a testimonios conmovedores y llamamientos fervientes para la rehabilitación de la memoria de este líder emblemático.
La vibrante voz de la señora Ytal Yambo Bena Lumpungu, bisnieta de Kamanda Lumpungu y fundadora de la asociación a.FreeKam, se elevó con fuerza durante la ceremonia. «Ustedes mataron a un hombre inocente y son conscientes de ello. Exijo que se restablezca la verdad», declaró, recordando el trágico destino del gran jefe, ahorcado hace casi un siglo en Kabinda bajo el yugo de la administración colonial belga.
La conmovedora historia de la injusticia sufrida por Kamanda Lumpungu conmovió al público, formado por congoleños, belgas y africanos que acudieron a apoyar la causa. La búsqueda de la verdad y la restitución de los bienes saqueados estaban en el centro de las demandas de la familia, que también exigía la restitución de los restos del gran jefe, cuya tumba sigue siendo desconocida.
La exposición de un collar que se cree perteneció a Kamanda Lumpungu suscitó preguntas y emociones entre los participantes. Este objeto, descubierto en los años 50 y conservado en el museo de Tervuren, encarna un vínculo tangible con la historia y la memoria del jefe Songye, pero su contexto y su significado siguen siendo en parte misteriosos, debido a la falta de explicaciones claras.
En un tributo vibrante y emotivo, la ceremonia también destacó el legado político y social de Kamanda Lumpungu. Figura destacada del pueblo Songye, encarnó un liderazgo ilustrado, defendiendo los intereses de sus comunidades y resistiendo la opresión colonial con valentía y dignidad.
Su ejecución pública el 1 de septiembre de 1936 permanece anclada en el recuerdo, simbolizando la brutal represión llevada a cabo en la época para sofocar cualquier deseo de emancipación. Hoy, el llamado a la rehabilitación de Kamanda Lumpungu resuena como un imperativo de justicia histórica, invitándonos a reconocer y honrar la memoria de un héroe injustamente condenado.
El homenaje rendido al gran jefe Songye en Tervuren despertó conciencias y se hizo eco de una búsqueda de verdad y reparación, recordando la importancia de preservar y promover los legados históricos para construir un futuro más justo e inclusivo.