La reciente afluencia de testimonios desde Jenin, en la Cisjordania ocupada, revela una realidad angustiosa e impactante. Los residentes de esta ciudad están luchando por recuperarse de nueve días de lo que describen como la operación militar israelí más intensa y sostenida que jamás hayan experimentado desde el 7 de octubre.
Los testigos describen una campaña militar a una escala similar a la que se está desarrollando en Gaza, con infraestructura destruida, cortes de agua y electricidad y residentes racionando alimentos por miedo a salir. Este es el período más mortífero en Cisjordania desde noviembre, según la ONU.
Después de retirar sus tropas de Jenin y Tulkarem el viernes pasado, los residentes informaron que el ejército israelí había puesto fin a esta fase de la operación. Sin embargo, una fuente de seguridad israelí dijo que «la operación general en Jenin no ha terminado, es sólo una pausa».
Aunque la guerra en Gaza atrae la mayor atención, el ejército israelí ha aplicado persistente y cada vez más tácticas militares despiadadas en Cisjordania.
El 28 de agosto, las fuerzas de seguridad israelíes lanzaron lo que llamaron una «operación antiterrorista» en Jenin, Tulkarem y Tubas, en el norte de Cisjordania. Esta operación se conoce ahora como «Operación Campamentos de Verano».
“No permitiremos que resurja el terrorismo en Judea y Samaria”, dijo el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente general Herzi Halevi, durante una visita a Jenin el fin de semana pasado, utilizando los nombres bíblicos comúnmente utilizados en Israel para referirse a Cisjordania.
Los residentes describen Jenin como irremediablemente transformada y marcada por los acontecimientos.
«La atmósfera era similar a la de Gaza», dijo Lina Al Amouri, de 36 años, por teléfono desde Jenin. Ella y su marido huyeron varios días después de que comenzara la incursión del ejército israelí, pero regresaron después de escuchar rumores de que la operación se había calmado.
«Cuando regresamos ayer, encontramos que todas las calles estaban destruidas», dijo. «Los soldados estaban por todas partes y seguían demoliendo todo a su alrededor, no sólo las calles».
«Escuchamos muchos disparos, luego supimos que el sobrino de mi suegra había recibido siete disparos cerca del campo. Lo dejaron sangrando hasta que murió e impidieron que las ambulancias pudieran rescatarlo».
El ejército israelí ha dicho anteriormente que a menudo es necesario obstruir las ambulancias para comprobar la presencia de militantes.
Desde octubre, casi 700 palestinos han sido asesinados en Cisjordania, según el Ministerio de Salud palestino en Ramallah y la ONU. Desde que comenzó la operación israelí la semana pasada, 39 palestinos han muerto, informó el Ministerio de Salud palestino en Ramallah.. Entre ellos se encuentran al menos nueve militantes, según declaraciones públicas de Hamás y la Jihad Islámica Palestina. Según el Ministerio de Salud palestino, también murieron ocho niños.
El sufrimiento y la angustia de la población civil de Jenin son palpables, y aumentan las historias de vidas destrozadas y tragedias familiares. Esta dramática situación exige atención y conciencia internacional sobre las desastrosas consecuencias de estas operaciones militares para las poblaciones civiles.
Las imágenes de destrucción y desolación que emanan de Jenin reflejan una violencia insoportable que amenaza la vida y la dignidad de los habitantes de esta maltrecha ciudad. Es urgente que la comunidad internacional se movilice para poner fin a esta espiral de violencia e injusticia que asola Cisjordania y que está dejando tras de sí un paisaje de desolación y desesperación.