La llegada del Año Nuevo a Etiopía, celebrada a través de Enkutatash, es un acontecimiento de impresionante riqueza cultural, arraigado en la profunda historia de la nación africana. Etiopía, que nunca ha sido colonizada por potencias extranjeras, ha conservado su cultura y tradiciones únicas, ofreciendo al mundo una visión fascinante de su herencia milenaria.
En el centro de esta celebración se encuentra el calendario etíope, estrechamente vinculado a la Iglesia Ortodoxa Etíope. Derivado de los antiguos calendarios copto y juliano, el calendario etíope difiere del calendario gregoriano que utilizamos actualmente, particularmente en el cálculo del año de nacimiento de Jesucristo. En efecto, si bien el calendario gregoriano sitúa el nacimiento de Cristo entre el 1 a.C. a.C. y 1 d.C. BC, el calendario ortodoxo etíope lo sitúa entre siete y ocho años después. Esta disimilitud explica la divergencia de años entre los dos calendarios, creando una singularidad fascinante.
El calendario etíope es un calendario solar compuesto por 12 meses de 30 días cada uno, con un mes 13 (Pagumē) que tiene cinco o seis días adicionales durante los años bisiestos. Con una duración de 365 días al año, el calendario etíope marca el Año Nuevo, Enkutatash, el 1 de Meskerem. Este evento suele caer alrededor del 11 o 12 de septiembre en el calendario gregoriano, lo que marca el final de la temporada de lluvias en Etiopía y la aparición de las primeras flores, símbolo de renovación y celebración.
La diferencia en el cálculo de fechas y meses entre Etiopía y el resto del mundo ofrece una perspectiva única sobre la noción de tiempo y historia. Esta singularidad cultural y temporal refuerza el carácter distintivo de Etiopía y ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la diversidad de prácticas de calendario en todo el mundo.
En definitiva, el Año Nuevo etíope, Enkutatash, no sólo arroja luz sobre la riqueza cultural del país, sino que también nos invita a profundizar en el corazón de las diferencias y similitudes que se entrelazan en la percepción del tiempo y la tradición. Una celebración vibrante que une el pasado con el presente y allana el camino para un futuro lleno de respeto por los legados pasados y por los momentos venideros.