*Fatshimetria*
La educación, pilar de cualquier sociedad, se ve acosada por una serie de violencia preocupante en las escuelas de la República Democrática del Congo. Estos recientes actos atroces han sumido al país en la consternación y exigen una profunda reflexión sobre la seguridad y protección de los estudiantes dentro de los establecimientos educativos.
El Ministerio de Educación Nacional y Nueva Ciudadanía, representado por la Ministra de Estado Raïssa Malu, condenó firmemente estos trágicos acontecimientos. Los actos de violencia ocurridos, ya sea el asesinato de un adolescente en el territorio de Nyiragongo o el apuñalamiento de un estudiante de octavo grado en Kinshasa, son señales alarmantes de un clima de tensión e inseguridad que no debe tolerarse.
Ante estas tragedias, es urgente actuar. Es necesario realizar investigaciones exhaustivas para identificar a los responsables de estos actos abominables y tomar las medidas necesarias para evitar que se repitan. La seguridad de los estudiantes y del personal educativo debe ser una prioridad absoluta, y debe combatirse con determinación cualquier forma de violencia, ya sea dentro o fuera de las escuelas.
Las familias de las víctimas merecen nuestro más sentido pésame y apoyo durante estos momentos difíciles. Es imperativo que se arroje luz sobre estos incidentes para que se haga justicia y se implementen acciones de prevención efectivas. La educación debe ser un lugar de seguridad y satisfacción, no de miedo y violencia.
En este momento en el que el futuro de la juventud congoleña está en juego, es hora de unir fuerzas para proteger nuestras escuelas, formar a los estudiantes para vivir juntos y garantizarles un entorno educativo sano y seguro. No podemos permanecer indiferentes ante tales actos, porque el éxito de todo un país depende de la protección de su juventud, garante de su desarrollo futuro.