Después de semanas de crecientes tensiones entre el ejecutivo de Senegal y el Parlamento controlado por la oposición, el Presidente Bassirou Diomaye puso fin a las funciones de la Asamblea Nacional.
Esta decisión fue bien recibida por los partidarios del presidente, pero suscitó un animado debate entre los ciudadanos senegaleses.
“Un cálculo estratégico”
Aïssatou Diallo, observador local, sugiere que la decisión es estratégica: «Si disuelven la Asamblea es porque consideran que sirve a sus intereses. Pero la verdadera prioridad debería ser permitir que el nuevo gobierno aplique su programa en interés de la gente.»
Una decisión legal pero controvertida
Quienes apoyan la decisión, como Seydou Sow, dicen que no sólo es legal sino necesaria dado el panorama político actual. «La disolución del Parlamento es una buena decisión, dado que la Asamblea ya no corresponde a las ambiciones del presidente. Él no ha violado ninguna ley», afirmó Sow.
Sin embargo, la oposición ve esta acción como una maniobra política. Expresaron su preocupación por la velocidad de las elecciones y cuestionaron la legalidad de eludir la controvertida ley de patrocinio.
“Una prisa por manipular las elecciones”
Moussa Diakhaté, diputado de la oposición, criticó la actitud del presidente: «Quieren elecciones dentro de 60 días, pero ¿qué pasa con la ley sobre el patrocinio? ¿Dónde está la opinión del Consejo Constitucional? Esto no es más que otra forma de manipular a la opinión pública y hacer trampa en el próximas elecciones”.
Incertidumbre en el horizonte para ambas partes
Mientras el país se prepara para las elecciones legislativas del 17 de noviembre, hay mucho en juego. La oposición espera imponer un acuerdo de poder compartido, pero los analistas sugieren que enfrentan desafíos importantes. El experto político André Bakhoum advierte sobre listas de oposición fragmentadas que podrían favorecer al gobierno en el sistema de Senegal en el que el ganador se lo lleva todo.
“Si la nueva mayoría emergente persiste después de marzo de 2024, la oposición tendrá que repensar su estrategia de adaptación”, afirmó Bakhoum.
Mientras ambas partes se preparan para lo que promete ser una feroz lucha electoral, la incertidumbre se cierne sobre el futuro político de Senegal.