La visita de la delegación ucraniana al hospital Panzi de Bukavu marca un importante punto de inflexión en la solidaridad internacional en la atención a las supervivientes de la violencia sexual. El enfoque adoptado por los representantes ucranianos para inspirarse en el modelo holístico de Denis Mukwege revela un profundo deseo de aprender y compartir experiencias en un contexto de conflicto y violencia contra las mujeres.
Denis Mukwege, figura emblemática de la lucha contra la violencia sexual en la República Democrática del Congo, supo imponer un modelo de atención global que se basa en cuatro pilares esenciales: atención médica, apoyo psicosocial, reintegración socioeconómica y apoyo jurídico. Este enfoque holístico, centrado en la reconstrucción física, psicológica, social y jurídica de los supervivientes, es un verdadero ejemplo de buena práctica que merece ser compartido y reproducido a escala internacional.
La historia común entre la República Democrática del Congo y Ucrania, marcada por los conflictos armados y la violencia que sufren las mujeres en estos contextos, fortalece el vínculo de solidaridad entre los dos países. Más allá de las fronteras, el sufrimiento de las mujeres víctimas de violencia sexual trasciende las diferencias culturales y políticas, y exige una movilización internacional para poner fin a esta barbarie.
La presencia de la Fundación Panzi en Ucrania desde 2018 para apoyar a las supervivientes de violencia sexual demuestra el compromiso de Denis Mukwege y su equipo de compartir su experiencia y conocimientos más allá de las fronteras congoleñas. Los intercambios de experiencias y las visitas de intercambio, como la de la delegación ucraniana, son fundamentales para fortalecer las capacidades de los actores locales e internacionales involucrados en la atención a los sobrevivientes.
Inspirándose en el modelo Panzi, Ucrania puede esperar mejorar significativamente la atención a los sobrevivientes de violencia sexual en un contexto de conflicto y guerra. La complementariedad de enfoques, el intercambio de conocimientos y la solidaridad entre países son elementos clave para satisfacer las necesidades de las mujeres víctimas de violencia y luchar contra la impunidad de los agresores.
La visita de la delegación ucraniana al hospital Panzi de Bukavu marca el inicio de una colaboración prometedora y esperanzadora para una atención más eficaz a las supervivientes de violencia sexual en Ucrania y en todo el mundo. Ilustra la capacidad de las naciones para unirse en la misma lucha por la dignidad, la justicia y el respeto de los derechos de las mujeres, a pesar de las diferencias y distancias geográficas.