NAFDAC está librando una feroz lucha contra los productos falsificados y no conformes para proteger la salud pública.

La lucha contra los medicamentos falsificados, los productos falsificados y los alimentos que no cumplen las normas es una batalla crucial para la salud pública. Recientemente, se llevó a cabo una operación de destrucción en el vertedero de Moniya en Ibadan por un valor estimado de 43 mil millones de naira en medicamentos vencidos, falsificados y no conformes. Esta iniciativa, organizada por NAFDAC, ayudó a eliminar aditivos alimentarios inseguros, cosméticos inseguros, falsificaciones y otros productos regulados vencidos.

La directora general de NAFDAC, profesora Christianah Adeyeye, destacó la importancia de esta acción para proteger la salud de la población. Los productos destruidos también incluían artículos dañados y caducados presentados voluntariamente por empresas, ONG y sindicatos respetuosos de la ley a la Agencia. En total, esta operación puso fin a una cantidad astronómica de productos potencialmente nocivos para la salud.

Además de la destrucción en Moniya, en Lagos se llevaron a cabo redadas contra vendedores ambulantes, donde se incautaron de medicamentos no registrados, afrodisíacos, estimulantes sexuales y medicamentos recetados y sin receta. Estos productos, valorados en más de 48 millones de naira, incluían sustancias prohibidas como la codeína y narcóticos como las cápsulas de Tramadol. Esto supone una grave amenaza para la seguridad pública y la salud de los consumidores.

Mientras tanto, NAFDAC también ha realizado importantes esfuerzos para identificar e incautar productos ilícitos en depósitos clandestinos en Lagos y otras partes del país. Se confiscaron productos por valor de 700 millones de naira, lo que demuestra la magnitud del contrabando y la falsificación en el sector farmacéutico.

Es imperativo que el público participe en esta lucha contra los medicamentos falsificados, los productos alimenticios de calidad inferior y otros productos regulados. Al denunciar prácticas ilegales a las autoridades competentes, todos pueden ayudar a proteger la salud y la seguridad de la población.

En conclusión, el establecimiento de medidas como los Centros Mayoristas Coordinados y los Grupos de Trabajo federales y estatales contra los medicamentos falsificados y los productos alimenticios de calidad inferior es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, es esencial mantener la presión sobre los traficantes y los infractores para garantizar la integridad de los productos regulados en el mercado. La vigilancia y la colaboración de todos son necesarias para preservar la salud pública y luchar contra los peligros potenciales relacionados con los productos falsificados.

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