La Asociación de Farmacéuticos Comunitarios de Nigeria (APCN) expresó recientemente fuertes críticas a los nuevos Procedimientos Operativos Estándar (SOP) del Fondo Nacional de Rotación de Medicamentos (DRF) para centros de salud, acusando al Ministerio Federal de Salud de subestimar el papel de los farmacéuticos en el suministro y manejo de medicamentos.
En carta dirigida al Fiscal General y al Ministro de Justicia, el presidente nacional de la APCN, Ambrose Ezeh, destacó que los SOP proponen que los comités del DRF a nivel federal sean presididos por el presidente del Comité Asesor Médico (C – MAC), puesto reservado exclusivamente a médicos. Asimismo, a nivel comunitario local, son los directores de los establecimientos quienes serían designados para encabezar los comités, aunque muchas veces no sean farmacéuticos.
Este acuerdo viola claramente el artículo 59(1) de la Ley del Consejo de Farmacia de Nigeria, que establece que sólo los farmacéuticos autorizados pueden almacenar, suministrar, vender o distribuir medicamentos directamente.
La APCN insiste en que los farmacéuticos son los únicos profesionales legalmente autorizados para importar, exportar, mezclar, preparar, dispensar, asesorar, vender y dispensar medicamentos en Nigeria. Tienen experiencia y autoridad legal en el suministro y gestión de medicamentos que no deben ser cuestionadas.
Su carta, titulada “Otro viaje al Apocalipsis”, denuncia enérgicamente las disposiciones del DRF SOP y destaca las consecuencias adversas de tales decisiones tomadas por el Ministerio de Salud. De hecho, las prácticas cuestionables y la corrupción que han perjudicado la implementación de los FRD en todo el país son inaceptables.
La APCN pide al Ministerio de Salud que suspenda la implementación de los SOP del DRF hasta que se aborden las preocupaciones planteadas por la asociación. También alientan los esfuerzos en curso en la Asamblea Nacional para la adopción de una legislación profesional y de orientación pública que regule las actividades del DRF en todos los establecimientos de salud pública.
En última instancia, es imperativo que se reconozca y respete plenamente el papel esencial de los farmacéuticos en el proceso de suministro y gestión de medicamentos. No deben tolerarse los abusos ni los intentos de marginar esta profesión, ya que comprometen la calidad de la atención sanitaria y la seguridad del paciente.